¿TIENE FUTURO LA NUCLEOELECTRICIDAD?
No. Y en este posteo explicaré por qué, fundando mi respuesta en una sola razón: es insostenible.
Limpia y segura
Los que defienden la
nucleoelectricidad dicen que su generación es limpia y segura (cada vez se
escucha menos lo de que es barata, pero todavía se escucha[1]).
Sobre lo de que es segura haré aquí un solo comentario; sobre lo de que es limpia
hablaré más adelante, en extenso.
Partamos de una obviedad. El
material nuclear es nocivo per se,
por eso las centrales nucleares deben adoptar estrictas medidas de seguridad. Más
allá de la eficacia de esas medidas —porque hay centrales y centrales—, lo cierto es que no
hay centrales nucleares infalibles. No podría haberlas, simplemente. Como tampoco
podrían existir almacenamientos geológicos 100% seguros (me refiero a los del
futuro, porque en la actualidad no existe prácticamente ninguno[2]).
Quien niegue esto miente. Y un accidente grave en una central nuclear, por más
improbable que sea, produce impactos ambientales cuyos efectos permanecen por decenas
o cientos de años.
Y esto porque, en materia de
seguridad, se aprende sobre la marcha: es así como funcionan las cosas. (Desconozco
absolutamente todo sobre simuladores nucleares, pero descuento que son
incapaces de simular todas las circunstancias o escenarios posibles.) Es público
que luego de Three Mile Island en 1979[3],
Chernóbil en 1986[4]
y Fukushima en 2011 las centrales de todo el mundo reforzaron su seguridad.[5],
[6],
[7]
La buena noticia es que hoy las centrales son mucho menos inseguras que en 1978;
la mala es que, sin Three Mile Island, Chernóbil y Fukushima, esos refuerzos en
la seguridad nuclear nunca se habrían hecho. Se aprende sobre la marcha,
y como siempre estamos marchando, siempre estamos aprendiendo. Es decir que siempre
hay margen para aprender. [8]
Es decir que las centrales nucleares nunca son 100% seguras (a lo sumo
podríamos decir que son cada vez menos inseguras). Es decir que siempre está en
pie la posibilidad de accidentes graves. (O de incidentes graves como el
reciente bombardeo a la central nuclear de Zaporiyia en Ucrania que mantuvo en
vilo a todo el mundo, incluidas las autoridades nucleares internacionales.) Quien
niegue esta posibilidad miente descaradamente.
Ok. Un accidente igual o parecido
al de Chernóbil es altamente improbable, por no decir imposible. Lo digo porque
algunos nuclearistas insisten mucho sobre este punto, sobre todo a
partir de la serie de HBO y los temores que revivió. Pero creo que aquí los nuclearistas erran en su estrategia argumentativa: la gente no tiene miedo de que se repita
el accidente de Chernóbil sino de que ocurra un accidente tan grave como ese. Sostener
que las centrales nucleares son 100% seguras porque es imposible que Chernóbil
se repita es tramposo: es como sostener que los vuelos espaciales son 100% seguros
porque es imposible que se repita el accidente del Apolo XIII.
Y además, claro, hay un montón de
gente que piensa fundadamente que las centrales nucleares no son tan seguras
como las pintan.
Lo no renovable no debería ser opción
¿Por qué arranqué este posteo diciendo que la electricidad nuclear es insostenible? En primer lugar porque el
uranio no es renovable. Ok, tampoco son renovables las tierras raras y los
metales que se requieren para tupir el planeta de parques eólicos y solares.
Pero el caso del uranio es distinto, ya que no se trata de un elemento componente
del dispositivo de captación de una fuente de energía (un aerogenerador o un
panel solar) sino de la misma fuente. Esto no significa que las renovables no
estén también jaqueadas por la escasez, pero en principio (muy en principio), las
tierras raras, así como el plomo, el níquel, el cobre y el aluminio, pueden reciclarse.
(Pero no eternamente: el reciclaje nunca puede alcanzar el 100%, debido a las implacables
leyes de la física, sobre todo de la maldita segunda Ley de la Termodinamica.)
La pregunta sería: ¿habrá uranio
suficiente para hacer realidad el sueño nuclear? Los pronucleares dicen sí, más
vale. Para los de la International Atomic
Energy Agency (IAEA) hay uranio para 100 años. Los del IPCC tampoco se
quedan atrás en optimismo: ven uranio para 130 años siempre y cuando se sostenga
la demanda actual.[9]
(Claro, si se triplica la demanda actual, si se triplica el número actual de
centrales nucleares, esa cifra debería dividirse por tres: 40 años, lo que no
parece tanto. Esta obviedad empieza a ser admitida desde la misma vereda
nuclear.[10])
El club nuclear no cree en agotamientos.
De acuerdo con los principios de la economía ortodoxa, los pronucleares dan por
hecho que, en caso de percepción de escasez (ojo: de percepción de escasez, no
de escasez), el precio del uranio repuntará, su extracción ganará impulso, y la
oferta se recompondrá solita, equilibrando los precios (Don Mercado por encima
de las leyes de la física). En el largo plazo, los pronucleares ven margen para
aumentar la eficiencia de los procesos, por ejemplo reusando el combustible
gastado, al punto de reducir al máximo la necesidad de uranio fresco, y esperar
sentados a que aparezca alguna otra cosa que lo reemplace, como el torio (Doña Tecnología
por encima de las leyes de la física).[11]
Las reservas de uranio podrían aumentar a partir de nuevos hallazgos (cosa que seguramente
sucederá) pero la cuestión de fondo no cambia. El uranio peor quedará para el
final y los costos y la huella ecológica de la minería de uranio será cada vez
mayor. Y finalmente no habrá más uranio económicamente rentable para extraer.
Fin del cuento.
Que quede claro. El uranio no se agotará
de golpe; es más, posiblemente no se agote nunca, pero algún día su extracción
tocará techo y desde entonces se volverá cada vez más escaso. Con el tiempo,
irán quedando pocos países con stock de uranio o el control de minas rentables,
o con espalda financiera para reprocesar el combustible nuclear gastado y tirar
un tiempo más (ver más adelante).
¿Cuán lejos estamos de ese bendito
techo o pico de extracción? Hay estudios que indican que el pico del uranio se
alcanzaría entre 2015 y 2040 (es decir que quizás ya lo hayamos alcanzado)[12].
La International Energy Agency (IEA), en su informe de 2014, vaticina problemas con el abastecimiento de uranio a partir de 2025 (es decir
que ubican el año 2025 en el periodo post pico).[13]
Antonio Turiel, un físico español especializado en temas energéticos, sostiene
que el pico del uranio fue alcanzado en 2016.[14]
De hecho, si uno ingresa a la página de la World
Nuclear Association se encuentra con que, efectivamente, la producción de
uranio tocó techo en 2016 con 63.207 toneladas (bajando en 2021
a 48.332, casi un 25% menos). Alguien podrá decir que la producción no tiene
por qué aumentar siempre sino en función de la demanda, y en la misma página se
encuentra con que en 2016 se satisfacía el 96% de la demanda y en 2021 el 77%.[15]
O sea, está clarito. A partir del
pico del uranio (¿cerramos en 2016?) es cada vez más difícil sostener los
niveles de extracción y por ende también satisfacer la demanda. Cada vez hay menos
y eso que queda es más difícil de extraer. Decir, como dice la IAEA, que hay
reservas de uranio para 100 años, o el Intergovernmental
Panel on Climate Change (IPCC) para 130 años, haciendo una simple regla de
tres simple a partir de lo que queda y lo que se tarda en extraerlo y
consumirlo, pasando por alto las limitaciones que imponen las leyes de la
física a la extracción de los minerales, es tramposo (ni hablar de pasar olímpicamente
por alto el desastre medioambiental que supondría la extracción intensiva de
uranio durante más de 100 años, sacrificando en el altar de las 0 emisiones
todo lo demás).
Pensemos en un coche que ha
consumido la mitad del combustible del tanque. El conductor del coche está tranquilo.
Razona: con medio tanque hice 300 km en tres horas, con lo que queda podré
hacer otros 300, de manera que en tres horas llegaré a destino. Pero resulta
que, a medida que se va consumiendo el medio tanque que queda, la velocidad del
coche va disminuyendo lenta pero sostenidamente, hasta que, pasadas nueve horas
de andar, la velocidad del coche ha disminuido tanto que el conductor decide
bajarse y seguir a pie. Combustible sigue habiendo en el tanque, no se ha
agotado, pero la potencia de ese combustible para mover el coche ha disminuido
tanto que ya no tiene sentido seguir consumiéndolo, es una total pérdida de
tiempo, tiempo valioso que podría aprovecharse para caminar. Así sucederá con
el uranio: de seguir la hoja de ruta nuclear pronto nos quedaremos a pie, debiendo
dejar cientos o miles de centrales nucleares a la buena de Dios, sin recursos energéticos
para gestionar sus residuos o desmantelarlas.[16]
Turiel insiste sobre algo
importante. La curva de extracción del uranio muestra una forma peculiar que la
distingue de otras curvas de extracción, por ejemplo la del petróleo: baja de
golpe. Cuando se pasa el pico o momento de mayor extracción, el descenso es
rápido. De nuevo: esto sucede por razones físicas, naturales. Si a esa caída o
declino natural del uranio se le agrega la falta de inversión por parte de las
empresas mineras, por razones económicas o por cualquier otra razón, la
extracción de uranio más que bajar de golpe se cae a recontra pique, y el resto
del uranio, aquel que íbamos a disfrutar por toda la eternidad, quedará bajo
tierra o disuelto en el mar, por ser virtualmente imposible su aprovechamiento.
No sería raro que con el final del uranio asequible suceda lo del baile de la
silla: cuando ocurra ese declive abrupto, esa caída a recontra pique, pongamos,
dentro de unas pocas décadas, los países que no perderán, los que quedarán
sentados en su silla nuclear, serán aquellos que hayan podido acaparar uranio
(extraer o comprar todo lo que se pueda aunque no tengan una necesidad
inmediata). Porque el acaparamiento está en el ADN de nuestra cultura
capitalista.
Aun admitiendo que hay uranio para toda
la eternidad es virtualmente imposible hacer todo eso que pretenden hacer los
pronucleares: triplicar el número de centrales nucleares y extenderle la vida
útil a las actuales, intensificar la minería de uranio (exploración seguida de
extracción, proceso que no lleva menos de 10 años), desmantelar los 100
reactores nucleares desactivados en todo el mundo y gestionar sus residuos (porque
descuento que entienden que esto hay que hacerlo),[17]
construir los almacenamientos geológicos necesarios (descuento también que reconocen
que deben ponerse las pilas con esto), etc., porque para todo eso es imprescindible
contar con combustibles fósiles (insisto en el punto) y no se podrá contar con
ellos por cuestiones climáticas o por su agotamiento. Nobleza antinuclear
obliga: tampoco se podrá hacer todo lo que se quiere hacer con las renovables.
Conclusión: no nos esperan años fáciles.
La opción del reprocesamiento del
uranio es vista en esferas pronucleares como la única forma de hacer de la
nuclear una energía sostenible.[18]
(El reprocesamiento permite recuperar uranio, plutonio y residuos radiactivos
del combustible gastado.[19])
Pero tampoco. Por razones obvias, el reprocesamiento no es una opción
sostenible (es decir, efectiva en el largo plazo). Así como no podemos usar el
mismo saquito de té infinitas veces, tampoco el combustible nuclear gastado.
Además, para reprocesar el uranio hay que construir plantas costosísimas. Solo
hay un puñado de países en el mundo que reprocesan el uranio, entre ellos Francia
y Reino Unido. Rusia se ha subido al bondi del reprocesamiento hace apenas un
par de años.[20]
Japón recién está construyendo su propia planta de reprocesamiento, porque, si
bien utiliza combustible reprocesado desde hace tiempo, ese reprocesamiento lo
realiza en otros países, en Francia y Reino Unido justamente.[21],
[22]
EEUU, el país con más centrales nucleares (casi 60 con casi 100 reactores[23]),
no posee plantas de reprocesamientos civiles en funcionamiento, entre otras
razones por considerarlas antieconómicas (ya dije: son costosísimas).[24]
En las décadas del 60 y 70 del
pasado siglo, cuando en Argentina se veía la necesidad de cerrar el ciclo del
uranio, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) tuvo varios proyectos en
carpeta para el reprocesamiento de combustible gastado.[25]
Hoy en cambio se advierte que el ciclo cerrado del combustible (en definitiva,
el aprovechamiento del combustible gastado) no será dominante en el corto o
mediano plazo (o sea en este siglo) y que su desarrollo no encontrará
motivación ni en la escasez de uranio ni en la ampliación del número de nuevas
centrales nucleares.[26]
En todo caso, si nuestro país decide alguna vez aprovechar su combustible
gastado, no podrá contar con la central de Embalse (Córdoba), ya que el combustible
gastado de los reactores CANDU (CANadian
Deuterium Uranium) no es atractivo para su reprocesamiento.[27]
Desde la vereda nuclear auguran un
futuro promisorio con la llegada de los reactores de IV generación o de
neutrones rápidos, los cuales podrían funcionar a base de torio (elemento que
ya mencionamos, mucho más abundante que el uranio en la corteza terrestre), el
cual muta a uranio en el seno del propio reactor y genera una cantidad
despreciable de residuos peligrosos.[28]
Bueno, cuando estos reactores lleguen, cuando estén sobre la mesa, hablaremos.
Porque todavía no han llegado, no están sobre la mesa. Vendrían a estar en el
último estante de arriba del armario. Y están allí desde hace muchos años.[29]
Territorios del uranio
Para
colmo, la distribución de las reservas de uranio no es pareja, lo que, en un
mundo agitado como el nuestro, es un problema. Con el 15% de los recursos, Kazajistán
es el segundo productor a nivel mundial después de Australia y el primer
productor histórico (período 1945-2020) con un 18% de la producción (que en
realidad es extracción porque la minería no produce nada).[30]
Actualmente se extrae de Kazajistán más del 40% del uranio mundial, la mitad del
cual va derecho a China.[31]
Cuando en enero de 2022 la población kazaja se rebeló contra las autoridades con
motivo de un aumento desmedido del precio del gas, la comunidad nuclear
internacional contuvo la respiración. Pero los temores desaparecieron pronto
cuando las tropas de la Organización del Tratado
de Seguridad Colectiva (OTCS) o sea de Rusia (otro de los destinos del uranio
kazajo), invadieron el país y reprimieron, matando a 200 personas.[32]
La obsesión de Francia por
intervenir militarmente en sus antiguas colonias del África occidental,
especialmente Mali (el antiguo Sudán Francés) pero también Níger, bajo la
excusa de la presencia de grupos yihadistas, seguramente tiene que ver con esto. «El corazón de la operación militar estará en Níger» anunció el
presidente Emmanuel Macron en febrero de 2022 luego de anunciar la retirada de
tropas de Mali. En
Níger, además del corazón de la operación está el 40% del uranio que Francia utiliza
en sus 58 centrales nucleares.[33]
La intención de Macron de llevar el porcentaje de electricidad generada
nuclearmente del 77 al 50% en 2035[34]
puede sorprender en un país tan pronuclear como Francia, pero puede entenderse
justamente en su absoluta dependencia de un solo país para el suministro del
uranio.[35]
¡Tampoco es cuestión de estar invadiendo África todo el tiempo para asegurarse
el uranio! ¡Al final todo eso es plata che![36]
Esto
escribieron los de la IAEA en Climate Change
and Nuclear Power en 2016 (p. 59): «Tanto
los recursos como la producción (de uranio) se distribuyen en una gama de
países diversos y estables. Por lo tanto, interrupciones repentinas en uno o
más de los países que suministran uranio son poco probables, y si ocurrieran,
sería improbable que perturben gravemente el suministro mundial de uranio en
general.»[37]
Unos auténticos visionarios estos de la IAEA.
Limpia, lo que se dice limpia, no es
En segundo lugar, ahora sí, veamos
cuán limpia es la nucleoelectricidad. Empecemos recordando que la limpieza (o
sea, la baja o nula cantidad de CO2 eg emitido por KW/h) es
condición sine qua non para una
energía que pretenda reemplazar a los sucios hidrocarburos.
Los antinucleares decimos que la
energía nuclear no es 100% limpia. Los pronucleares nos responden que no hay
energías 100% limpias y tienen razón. Hay estudios que muestran que la nuclear es
la menos limpia de las llamadas energías limpias (hidroeléctrica, solar
fotovoltaica, eólica marina y terrestre), pero otros la ponen cabeza a cabeza
con las renovables. Sobre este asunto se encuentra de todo en la literatura. Y
es que para hacer esos cálculos, para calcular la cantidad de CO2 que
emiten esas energías, es preciso tener en cuenta todo el ciclo: desde la
minería inicial hasta la disposición final de los residuos o el
desmantelamiento de las instalaciones. Y hacer esos cálculos es todo un lío.
Con
respecto a las emisiones de la nucleoelectricidad, Benjamin K. Sovacool de la Universidad
Estatal de Virginia, EEUU, estimó ese valor en 66g de CO2 el KW/h.[38] Sovacool destaca:
«…la energía nuclear no es de ninguna manera ‘carbono free’,
aunque es mucho mejor (desde el punto de vista de las emisiones de carbono
equivalente) que el carbón, el petróleo, y la generación de electricidad a gas
natural, pero peor que las renovables y generadores distribuidos a pequeña
escala.»[39]
Hoy son peores pero mañana serán más
peores. En publicaciones posteriores Sovacool dice esto: «La huella de carbono de un reactor
nuclear típico podría ser equivalente a la de los combustibles fósiles en el
próximas décadas si los minerales de uranio de alta ley continúan agotándose,
ya que los reactores nucleares conllevan emisiones considerables de gases de
efecto invernadero de su ciclo de vida.»[40]
Claro, a medida que las minas de
uranio se vayan explotando y el mineral de uranio bajando su ley, más energía será
necesaria para su extracción, lo que aumentará exponencialmente las emisiones y,
obviamente, los impactos ambientales (los grandes ninguneados en toda esta
discusión centrada en gases).
Pero, como dije, hay de todo en la
literatura. Hay quienes calculan para la nuclear unos 15g de CO2 eq
por KW/h, equivalente a las renovables (menos que la eólica con 16, pero más
que la hidráulica con 6).[41]
El quinto informe del IPCC de 2014 informa un rango amplísimo que va desde los 4-110 hasta los 1-220 g de CO2 por
KW/h.[42]
(Hay que destacar que el IPCC no realiza investigaciones per se, sino que reúne investigaciones y busca consensos.) Para la Agencia Federal de Medio Ambiente alemana, la energía
nuclear libera 13 veces más CO2 por KW/h que la eólica, y en
comparación con la energía hidroeléctrica, incluso 29 veces más CO2.[43] Siempre tan
antinucleares estos alemanes.
Por último, el Global Hydrogen Review de la IEA del año 2023 IEA establece que: «Aunque las emisiones directas de una central nuclear son cero, el ciclo del combustible nuclear que comprende la extracción, la conversión, el enriquecimiento y la fabricación de combustible de uranio generan emisiones entre 2,4-6,8 g CO2-eq/kWh.» (p. 88). (Noten que aquí no está contemplado todo el ciclo de vida, desde la cuna, la minería de uranio, hasta la tumba, la disposición definitiva de los residuos.)
Renovables y nuclear: ¿la cal y arena de la transición?
Ojo. Hoy por hoy no debe haber
nadie que piense que la nuclear debe terminar siendo la única forma de
generación de electricidad, ni siquiera la principal (los profetas de la fusión
nuclear sí: auguran que, una vez operado el milagro de la fusión, con eso
bastará y seremos todes felices). Los del bando pronuclear también le ponen
fichas a las renovables. No hay contradicción en ello. Lo que pasa es que las
renovables solas no pueden, profieren desde esa vereda; son intermitentes:
cuando hay sol y viento hay generación eléctrica, cuando no, no. Y guardar
electricidad para los momentos de no generación es todo un bardo, se atajan. Y concluyen:
la nuclear puede ser un buen complemento de las renovables: cuando se apaga el
sol o el viento deja de soplar, la nuclear puede salvar las papas del
suministro eléctrico.
Al respecto los antinucleares
dicen: ojo; la nuclear puede bajar su contribución (cuando el sistema se satura
con renovables) o subirla (cuando los sistemas renovables no generan) pero la subida
no puede hacerse en forma rápida, al menos no tanto como una central
hidroeléctrica o una central térmica de ciclo combinado (a base de gas natural). [44]
Dr. Paul Dorfman, de la Unidad de Investigación de Políticas Científicas de
la Escuela de Negocios de la Universidad de Sussex, es categórico al
respecto: «La energía nuclear no solo
es lenta y costosa, sino demasiado inflexible para subir y bajar con las
oscilaciones de la demanda.»[45] Los pronucleares apuestan
a una constante mejora en el diseño de las centrales que eleve la eficiencia en
este sentido, pero hoy por hoy el tema de la flexibilidad operativa de las
centrales nucleares sigue siendo una limitante.
Entiendo que este argumento de la
intermitencia es crucial para el bando pronuclear, su carta más alta. De todas formas,
hay científicos como el Dr. Dorfman que opinan que es
perfectamente posible sostener una red eléctrica 100% renovable.[46]
Además, hay alternativas para solucionar el problema de la intermitencia de las
renovables. Por ejemplo el almacenamiento: guardar la electricidad excedente cuando la demanda es baja (no en forma eléctrica, claro está), y devolverla al sistema cuando bajan o se apagan las
renovables. Sí, sí. Los pronucleares dicen, y razones no les faltan, que almacenar
electricidad es todo un bardo, pero eso no significa que no haya formas de
hacerlo. Almacenarla en baterías es una opción, pero una mala para guardar
grandes cantidades de energía (demandaría muchas baterías de gran tamaño). Otra
manera de hacerlo sería acoplando un parque eólico a una central hidráulica de bombeo
(con dos embalses, uno arriba y otro abajo). Cuando el parque eólico genere de
más —en horas de poca demanda y
buenos vientos—, la electricidad
excedente haría funcionar una bomba para reponer agua turbinada del embalse de
abajo al embalse de arriba.[47]
De esta forma, la energía eólica podría ser almacenada en forma de energía
potencial en el embalse de arriba, y estaría disponible para salir al rescate en
momentos de malos o nulos vientos.
Y está por supuesto el hidrógeno verde, que es una forma química de almacenar electricidad sobrante generada renovablemente, para cuando la solar o la eólica pidan el cambio por falta de luz o buenos vientos (el hidrógeno puede aportar electricidad pasando a través de una pila de combustible o alimentando un grupo electrógeno). La opción almacenamiento vía hidrógeno suma puntos porque el hidrógeno no solo sirve para generar electricidad, sino que podría utilizarse como combustible, sobre todo en camiones, aviones y barcos.
El sector pronuclear también ha
pensado en el hidrógeno pero jugando un juego distinto. El hidrógeno en el que
piensan los pronucleares no es una energía de rescate sino una forma de
almacenar la electricidad nuclearmente generada cuando la nuclear deba ceder el
paso a la renovable. De esta manera, la central nuclear no se vería obligada
a bajar la generación de electricidad sino que simplemente la derivaría hacia
la producción de hidrógeno, que en este caso vendría a ser rosa.[48]
Para ello debería acoplarse un electrolizador a cada planta nuclear, lo que es
otro bardo pero no imposible. Como dije, ese hidrógeno rosa no saldría a la
cancha en momentos de poco viento o radiación solar como se pretende con el
verde, ya que para eso está la nucleoelectricidad, sino que podría
comercializarse (al igual que el oxígeno rosa) o ser utilizado como combustible
en otras cosas vinculadas con el funcionamiento de la planta que requieran
combustible (como las bombas de refrigeración de los circuitos de emergencia
que funcionan a diésel). Redondo por donde se lo mire: parte del dinero no
embolsado por no inyectar electricidad a la red se embolsaría de la venta de
hidrógeno u oxígeno rosa. De otro modo, cediendo el paso todo el tiempo a las
renovables, las centrales nucleares tardarían eternidades en amortizarse; de
este otro modo, vendiendo hidrógeno u oxígeno rosa, esas eternidades podrían
acortarse.
En suma: hay quienes consideran que
la generación renovable y el almacenamiento es la respuesta. Los pronucleares
en cambio piensan que con el almacenamiento solo no alcanza, o en todo caso que
el almacenamiento y la nuclear no son excluyentes.
Apalancate en otro lado
¿Por qué, si no es una solución de
fondo, hay países que siguen apostando a la nucleoelectricidad? Antonio Turiel
se inclina a pensar que esto sucede no tanto por sus supuestas ventajas con
respecto a otras energías, sino por razones políticas o estratégicas, no
necesariamente militares aunque también. Veo a Argentina parada en este lugar.
Escucho a muches decir: está bueno desarrollar la industria nuclear porque es
un sector estratégico, que apalanca o dinamiza tal otra cosa. O esto otro:
debemos seguir apostando a la industria nuclear porque hemos logrado un montón
de conocimientos en materia nuclear, y como miembros de ese club privilegiado
que es el club nuclear no podemos darnos el lujo de desaprovechar toda esa
experiencia.
Siempre me hizo mucho ruido esa tesis.
Siempre sentí que se desvía del punto central: ¿es la energía nuclear
intrínsecamente buena o mala? Lo del apalancamiento o la dinamización lo coloco
en otro plano. Ojo: si la energía nuclear nos parece lo mejor que hay, y además
resulta que dinamiza o apalanca otra cosa, fantástico. Pero si el
argumento es que, a pesar de sus problemillas (problemillas que hemos decidido dejar
en un segundo plano o directamente no ver), hay que meterle con la nuclear
porque dinamiza o apalanca no sé qué, ahí no estaría tan de acuerdo. Porque los
problemillas, sobre todo los ambientales o aquellos que tienen que ver con la
sustentabilidad, nunca pueden quedar en un segundo plano. Y hoy menos que
nunca. Me parece que, si reconocemos los problemas de la nucleoelectricidad, deberíamos
ir viendo de apoyarnos en otra cosa para apalancar o dinamizar, si es que
apostamos a la Argentina potencia industrial (que no es mi caso). Y si ello
lleva tiempo, pues deberíamos tomarnos ese tiempo.
No empeorar las cosas
La electricidad nuclear y la
renovable son hijas no reconocidas de los combustibles fósiles. Sin
combustibles fósiles no hubiese sido posible montar sus infraestructuras. Y no
está claro si la infraestructura nuclear y renovable podrá mantenerse o
renovarse sin combustibles fósiles. Y sin embargo, hacia allá vamos, o mejor
dicho, hacia allá nos quieren llevar. Pero ¿hacia dónde exactamente nos quieren
llevar?
Actualmente hay 439 centrales
nucleares en funcionamiento y 52 en construcción. Según la IEA se prevé
aumentar un 75% la generación de electricidad hacia 2050. Pasar de 26762 TW (un
TW es un millón de millones de vatios, un billón) de 2020 a 46703 en 2050.[49]
¿Cuántos de esos teravatios deberían ser nucleares? Hoy por hoy la
nucleoelectricidad representa un 10% del total de electricidad
generada/consumida. ¿Hasta qué porcentaje se supone que habría que subir para
que los pronucleares se den por hechos?
Rusia habla de subir la generación de
nucleoelectricidad hasta un 50% en 2050.[50]
Francia busca bajarla del 70 al 50% para ese mismo año.[51]
(Como vimos, algunos analistas piensan que esta decisión del presidente Macron
responde a los problemillas que tiene con el suministro del uranio.) ¿Debemos
suponer que la pretensión global sea la misma, y que el mundo nuclear pretenda plantarse
en 50% de generación eléctrica por la vía nuclear para el 2050?[52]
¿Cuántas centrales nucleares representa eso? Porque no se trata simplemente de
aumentar la proporción nuclear en la actual matriz eléctrica mundial, sino de
que la generación de nucleoelectricidad sea importante en un escenario de
matriz energética mundial súper electrificada (la onda que se viene es avanzar
en la electrificación de todo lo que pueda ser electrificado).
Según la Nuclear Energy Agency (NEA), para que la nucleoelectricidad pueda
hacer una contribución significativa a los objetivos de París, para que pueda
hacer un aporte a la descarbonización de todo el sistema eléctrico, su
generación debería subir de 390 GW actuales a unos 930 GW a 2050, lo que implica
multiplicar la generación actual por 2,5 (cuadruplicando la tasa de expansión
de la generación anual, lo que suena una locura). [53],
[54]
Por su parte, nuestres amigues de la
IAEA estiman que esa multiplicación debería ser por una cifra algo mayor: 2,8.[55]
Eso significa casi triplicar el número de reactores nucleares. Pongamos, pasar
de casi 500 centrales a casi 1500.[56]
¿No es medio como mucho?
Las nucleares de potencia tardan
unos 10 años en construirse (siendo generosos). Suponiendo que hoy mismo, marzo
de 2022, comenzaran a construirse las 1000 centrales que hay que tener funcionando
en 2050, llegaríamos a marzo de 2032 habiendo emitido una cantidad de gases de
efecto invernadero tal que echaría por tierra toda pretensión de cumplir con
los compromisos del acuerdo de París. Porque recordemos: las centrales no
emiten casi nada pero una vez puestas en funcionamiento (durante su
construcción se emite mucho, ni hablar de las emisiones de la minería), y la propuesta
de la comunidad internacional era dejar de emitir ya mismo, o reducir
drásticamente las emisiones ya mismo, a tasas no menores a un 7% anual. (Para
2030 deberíamos reducir en un 55% las emisiones de CO2. Faltan 8
años: 55 dividido 8 casi 7)[57]
No llegamos ni a palos.
No se trata de decir: OK, nos pasamos por mucho en 2050
pero una vez que las centrales estén funcionando las emisiones comenzarán a
bajar. Si pensamos que podemos hacer eso estamos cometiendo un grave error. Un
error que amenaza la continuidad de la especie humana. Porque aun cumpliendo el
sueño de las 0 emisiones a 2050, la cagada ya nos la habríamos mandado, atravesado
los puntos de inflexión y puesto en marcha los bucles de retroalimentación
positiva reforzantes (desaparición de glaciares y masas heladas con la
consiguiente disminución del efecto albedo; fusión de los casquetes polares y
cambios en las corrientes oceánicas, descongelamiento del permafrost y
liberación de grandes cantidades de metano, debilitamiento de los sumideros de
carbono, descomposición de los hidratos de metano de los océanos, muerte de la
selva amazónica y de los bosques boreales debido a las sequías, incendios
generalizados, aumento de la respiración bacteriana en la tierra y en los
océanos, con la consiguiente liberación de más CO2, y un
interminable y dramático etcétera.[58]),
generando respuestas no lineales del sistema terrestre, inaugurando, en
definitiva, el capítulo final de la triste historia de la especie humana sobre
el planeta.
La clave: pensar en el largo plazo, ser sostenibles.
Escribí este posteo pensando en eses
ambientalistas genuinamente preocupades por la crisis climática (de la que no
tienen la culpa, ni elles, ni nosotres les antinucleares, ni les pronucleares
de los sectores científicos y académicos, sino les ciegues defensores de los combustibles
fósiles), que ven en la energía nuclear la única chance que tiene la humanidad para
gambetear la extinción. También tuve en mente a sectores progresistas (o amigos
del progreso), más preocupados por dinamizar o apalancar a la industria
nacional que por evitar el fin de la especie humana. Los despego del lobby nuclear
internacional, ocupado día y noche en resucitar el negocio nuclear de las
cenizas de Chernóbil y Fukuyima, al abrigo de la catástrofe climática.
Más allá de que el uranio pueda ser finalmente reciclado masivamente, independientemente de que el torio pueda entrar a la cancha , el combustible nuclear es y será siempre un recurso no renovable. Entonces, ¿qué sentido tiene multiplicar el número de centrales nucleares, sabiendo que la nuclear que no es una solución a largo plazo, siendo conscientes de que estamos pateando el problema para adelante (en mi barrio eso se llama insolidaridad transgeneracional)? Reconociendo que en el futuro habrá escasez de energía y materiales, ¿no sería un crimen usar la poca energía que tendremos a disposición en el desmantelamiento de centrales nucleares, en la gestión de sus residuos, en un la construcción de un número indeterminado de almacenamientos geológicos profundos, en el cierre y remediación de cientos de minas de uranio en todo el mundo?
Arranqué el posteo diciendo que la
nucleoelectricidad no tiene futuro. Pues bien (agárrense): tampoco lo tiene la transición
hacia las renovables, al menos no en la forma en que se está planteando. Porque
tampoco las renovables son 100% limpias, porque también dependen para su
instalación de combustibles fósiles y de materiales escasos, y porque también
generan impactos en el territorio (de los que poco se habla).
¿Y entonces? ¿Qué deberíamos hacer?
A mi entender, cualquier opción
sostenible (o sea, llevable al largo plazo) debería contemplar dos aspectos fundamentales:
el primero el decrecimiento económico (al menos la esfera material de la
economía) y el segundo el máximo acoplamiento posible de las actividades humanas a los tiempos
de la naturaleza.
Lo primero vendrá solo: como expliqué,
la energía y los materiales serán cada vez más escasos y será imposible alimentar
el monstruo solo a base de renovables, aun sumándole el complemento nutritivo
de lo nuclear. (Una buena noticia con relación a esto: hay energía y materiales
suficientes para que todes podamos llevar vidas dignas.)
Con relación a lo segundo. Las
renovables deberían ser la única opción a largo plazo (cosa que hasta muchos
pronucleares aceptan de buena o mala gana), pero sigue estando el problema de
la intermitencia. El almacenamiento puede ser una opción siempre y cuando no sea
mucho lo que haya que almacenar. En principio, deberíamos usar esa poca energía
almacenada (en forma de hidrógeno, embalses, o lo que sea), solo en aquellas
actividades que sean esenciales, se me ocurren los hospitales. Claro,
deberíamos vivir de otra manera, acoplando lo más posible nuestras actividades
a los ritmos de la naturaleza. Ya lo hacemos en cierta forma. Dormimos de
noche, por ejemplo. Pero mucha gente también trabaja de noche en actividades no
esenciales. O sale de noche a divertirse. En el mundo de la energía
interminable eso era posible. Pero la energía interminable se terminó.
Deberemos adaptarnos a este otro nuevo mundo, el de la energía y materiales
contados con los dedos. Es un mundo totalmente desconocido para la mayoría de
nosotres, clase media más o menos desacomodada, pero es el mundo que se viene.
Un mundo repleto de problemas, quizás tantos como los que nos dio este otro
mundo que no termina de morir.
[1]
Sobre el tema del cálculo del costo de la energía nuclear recomiendo el trabajo
de Silvana Buján de 2019 “Energía Nuclear: una historia de engaños,
ocultamiento y abandono”, publicado por BIOS Argentina (Segunda edición). Un
solo aporte con relación al tema de los costos de las centrales nucleares. En
nuestro país se está construyendo desde hace años una central nuclear de baja
potencia: el CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares). En 2014, la
inversión prevista para su construcción era de 3.500 millones de pesos, que al
cambio de enero de 2014 (1 dólar alrededor de 7 pesos) da un total de 500
millones de dólares (https://www.oetec.org/nota.php?id=183&area=1).
La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica Adriana Serquis declaró
en una nota de enero de 2023 que ya llevaban gastados 600 millones de dólares y
que el CAREM nos iba a terminar saliendo 1.000 millones. O sea el doble de lo
estimado (https://www.ambito.com/economia/nuclear/agenda-integracion-brasil-cinco-centrales-y-una-inversion-us1000-millones-n5635276).
No sé si eso es mucho o poco para una central de ese tipo, pero lo cierto es
que el CAREM cumple la regla de que, en materia de centrales nucleares, uno
nunca sabe lo que terminarán costando (siempre más que lo previsto, nunca al
revés). Se podrá decir que lo del CAREM es porque en Argentina tal o cual cosa,
pero en todo el mundo es igual.
[2]
Digo prácticamente porque hay uno para residuos militares, pero ninguno para
uso civil.
[4]
https://www.uv.es/uvweb/master-prevencion-riesgos-laborales/es/blog/prevencion-evitar-desastres-chernobil-1285959319425/GasetaRecerca.html?id=1285965240735
[5]
https://www.xataka.com/energia/derribando-mito-40-anos-vida-central-nuclear-vida-util-frente-a-vida-diseno
[7]
https://www.microsiervos.com/archivo/ingenieria/seguridad-nuclear-three-mile-island-chernobil-fukushima.html
En este enlace, el divulgador español conocido como Operador Nuclear reconoce: «Si
bien es cierto que la seguridad absoluta no existe también lo es que la
industria nuclear ha reaccionado tras cada uno de los accidentes para tratar de
que no se repitan.» Interesante artículo en el que
el Operador da cuenta de las medidas de seguridad implementadas en todo el
sector luego de cada uno de esos accidentes.
[8]
Palabras de Adriana Serquis, presidenta de la Comisión Nacional de Energía
Atómica: «todavía hay un
montón de cosas que se pueden ir haciendo para aportar a su seguridad (de las
centrales nucleares de potencia)» https://economis.com.ar/el-rol-estrategico-de-argentina-en-la-energia-nuclear-del-planeta/
[10] https://thebulletin.org/roundtable_entry/para-obtener-energia-nuclear-sostenible-es-necesario-un-ciclo-de-combustible-cerrado/ Textual, del artículo: «El único debate que puede darse en torno a esta cuestión es cuánto uranio hay disponible y cuánto tiempo durará. El "Libro Rojo" de recursos de uranio, publicado por el Organismo Internacional de Energía Atómica y la Agencia para la Energía Nuclear, indica que el uranio disponible en el mundo al 2013 llegaba a unos 7,6 millones de toneladas métricas, suficiente para durar unos 150 años de acuerdo a las tasas de consumo actuales. Sin embargo, el aumento del consumo es inevitable, dado que un número en ascenso de países se vuelcan a la energía nuclear para satisfacer sus necesidades energéticas.» El subrayado es mío.
[11] La sostenibilidad de los recursos minerales (septiembre de 2005). Derivado sustancialmente del documento del Simposio de la WNA de 2003 de Colin MacDonald, Uranium: Sustainable Resource or Limit to Growth? – complementado con su documento del Simposio de la WNA de 2005 e incluyendo un modelo Ajustes económicos en el suministro de un recurso 'no renovable' de Ian Hore-Lacy. https://www.world-nuclear.org/information-library/nuclear-fuel-cycle/uranium-resources/supply-of-uranium.aspx
[13]
Turiel, A. 2021. Petrocalipsis. Crisis
energética global y cómo (no) la vamos a solucionar. Alfabeto, p. 87.
[14]
Turiel, 2021, p. 86.
[15]
https://world-nuclear.org/information-library/nuclear-fuel-cycle/mining-of-uranium/world-uranium-mining-production.aspx
[16]
La analogía patina en un aspecto: el conductor adquirió todo el combustible de
golpe al mismo precio en la estación de servicio (los primeros litros en
gastarse costaron lo mismo que los últimos). Para que la analogía sea más
exacta, habría que incluir un factor de encarecimiento progresivo de la nafta a
medida que el tanque se vacíe.
[17]
Turiel, 2021, p. 85.
[18]
https://thebulletin.org/roundtable_entry/para-obtener-energia-nuclear-sostenible-es-necesario-un-ciclo-de-combustible-cerrado/
[19]
https://www.foronuclear.org/descubre-la-energia-nuclear/preguntas-y-respuestas/sobre-energia-nuclear/que-es-el-reproceso-y-donde-se-realiza/
[20]
https://elperiodicodelaenergia.com/gran-avance-de-la-industria-nuclear-rusia-ya-es-capaz-de-reutilizar-el-uranio-gastado-en-otras-centrales/
[22]
https://www.foronuclear.org/descubre-la-energia-nuclear/preguntas-y-respuestas/sobre-energia-nuclear/que-es-el-reproceso-y-donde-se-realiza/
[24]
https://www.world-nuclear.org/information-library/nuclear-fuel-cycle/fuel-recycling/processing-of-used-nuclear-fuel.aspx
[25]
Quilici, D., Spivak L’Hoste, A. 2018. Del “aprender haciendo” al cierre del
ciclo con efecto demostración: la crónica del reprocesamiento de combustible
nuclear en Argentina. Revista
Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad 13(39): 33-35.
[26]
Notari, C. 2011. El futuro del ciclo de combustible nuclear. CNEA 43-44:7-12.
[27]
https://www.world-nuclear.org/information-library/nuclear-fuel-cycle/fuel-recycling/processing-of-used-nuclear-fuel.aspx
[28]
Turiel, 2021, p. 87.
[29]
Es muy interesante escuchar voces pro nucleares entusiastas del torio, cómo
reconocen el problema de los residuos nucleares generados en los reactores
convencionales, cómo reconocen el problema de la escasez del uranio, cómo
admiten la posibilidad de accidentes graves en las centrales nucleares a base
de uranio (no faltando las referencias a Chernóbil y Fukushima), cómo aceptan
el peligro de proliferación nuclear que entraña la generación convencional a
base de uranio… En fin.
[30]
https://www.world-nuclear.org/information-library/nuclear-fuel-cycle/uranium-resources/supply-of-uranium.aspx
[32]
https://www.infobae.com/america/mundo/2022/01/09/confirmaron-al-menos-164-muertos-durante-los-disturbios-ocurridos-en-kazajistan/
[34]
https://www.xataka.com/energia/francia-produce-suficiente-energia-para-exportar-a-todos-vecinos-europeos-hace-renunciar-a-ser-verde
[35]
Obvio: las renovables también son altamente dependientes de materiales críticos
concentrados en unos pocos países. Sacando el uranio, las renovables son
incluso más mineral-dependientes que la nuclear (y, por supuesto, las
renovables tampoco están exentas de emisiones de CO2). A favor de
las renovables uno podría decir que la minería es solo necesaria para producir
la infraestructura (es decir que no es una necesidad continua, salvo que
continuamente estemos instalando molinos y paneles solares…) mientras que en la
nuclear el uranio es la misma fuente, el equivalente al viento de la eólica o
la luz solar de la fotovoltaica. Más allá de eso, tanto la nuclear como las
renovables son dependientes de los combustibles fósiles, y no está claro que
puedan sostenerse sin estos últimos, al menos a la escala que se pretende.
[36]
También puede tener que ver que Francia ha entendido que el futuro de la
nuclear es incierto.
[38]
Este autor estudió una cantidad de centrales
tomando en consideración estudios que tienen en cuenta datos primarios,
públicos y de acceso gratuito y publicados en inglés, dentro de un periodo de
10 años 1997-2007. Excluyendo todos los estudios que no cumplen con esos
criterios le quedaron 19. Tomando en cuenta esos 19 estudios Sovacool hace un
promedio y le da esos valores. La referencia: Sovacool, B.K. 2008. Valuing the
greenhouse gas emissions from nuclear power: a critical survey. Energy Policy 36(2008): 2940-2953. https://www.nirs.org/wp-content/uploads/climate/background/sovacool_nuclear_ghg.pdf
[39]
Sovacool, 2008, p.2950.
[40]
https://web.archive.org/web/20110515183045/http://www.worldscibooks.com/etextbook/7895/7895_chap08.pdf
Es un capítulo de su libro Contesting the
Future of Nuclear Power. La cita transcripta está en la pg. 247.
[41]
Pravalie, R. y Bandoc, G.
2018. Nuclear energy: between global electricity demand,
worldwide decarbonisation imperativeness, and planetary environmental
implications. Journal of Environmental Management 209(2018): 81-82.
[43] https://www.dw.com/es/dw-verifica-es-la-energ%C3%ADa-nuclear-beneficiosa-para-el-clima/a-59796437
[44] https://www.xataka.com/energia/gran-debate-energia-nuclear-cada-vez-cara-producir-dos-expertos-miradas-diferentes-nos-explican
[47]
https://www.energiaestrategica.com/argentina-y-su-potencialidad-para-combinar-energia-eolica-con-hidroelectrica/
[48] https://www.xataka.com/energia/gran-debate-energia-nuclear-cada-vez-cara-producir-dos-expertos-miradas-diferentes-nos-explican
[50] https://econojournal.com.ar/2022/01/los-planes-de-las-grandes-economias-del-mundo-para-acelerar-la-transicion-energetica/
[51] https://econojournal.com.ar/2022/01/los-planes-de-las-grandes-economias-del-mundo-para-acelerar-la-transicion-energetica/
[52]
Actualmente es más o menos un 10%.
[54]
Pravalie y Bandoc, 2018, p. 85.
[55]
https://www.iaea.org/sites/default/files/publications/magazines/bulletin/bull59-2/5922425_es.pdf
[56]
https://www.iaea.org/sites/default/files/publications/magazines/bulletin/bull59-2/5922425_es.pdf
El cálculo que hice es bastante lineal. La OIEA prevé un incremento de 2,8
veces la energía nuclear para 2050, luego, la cantidad de reactores/centrales
nucleares debería triplicarse.
[57]
https://unfccc.int/es/news/los-compromisos-climaticos-actualizados-son-insuficientes-aunque-hay-esperanza-en-las-promesas-de
[58]
Steffen, W.; Rocksrtöm, J.; Richardson, K.; y Schellnhuber, H.J. 2018.
Trajectories of the earth system, in the Anthropocene. PNAS 115(33) https://doi.org/10.1073/pnas.1810141115 https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.1810141115
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