NO BOMBARDEEN VALCHETA

 

El arroyo Valcheta, atravesando el centro de la ciudad homónima. Fuente: https://turismo.rionegro.gov.ar/localidad/valcheta_158

 

Ubicada en la Línea Sur de la provincia de Río Negro, a 100 km de Las Grutas y a 540 de Bariloche, Valcheta tiene de todo: un patrimonio natural y cultural maravilloso, y una población de 3.500 personas maravillosas.

Valcheta también tiene una historia. Una historia común al resto de la Patagonia, que hunde sus raíces en uno de los capítulos más infames de la historia del estado argentino: la Campaña del Desierto, que puso la tierra en manos de los grupos capitalistas nacionales y extranjeros, y que implicó un genocidio sobre la población indígena, que en esta parte de Abya Yala es mapuche y tehuelche.

En Valcheta concretamente funcionó un campo de concentración para indígenas. La historiadora Pilar Pérez, del Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio (IIDYPCA, CONICET-UNRN), dio cuenta de la lista personas que estaban encerradas en ese campo de concentración en 1887 (lo estaban desde 1883), personas que fueron solicitadas al gobierno nacional por el milico a cargo (Lorenzo Vintter) para establecer allí una colonia agrícola (que finalmente fue fundada en 1889, durante la presidencia de Juárez Celman). La lista recuperada por Pérez contiene 214 nombres, pero las crónicas hablan de «no menos de 500», más cerca de las 600. Refiere Pérez que «(a)llí fueron confinados los indígenas apresados en las recorridas de las columnas comandadas por el teniente coronel Lino Oris de Roa en 1883 en sus recorridas por la cordillera chubutense y por la costa del Atlántico hasta el territorio de Santa Cruz, así como también los sobrevivientes del “combate” de Apeleg[1] llevados a pie hasta el valle del arroyo Valcheta.»[2]

Hoy, el estado continúa la Campaña del Desierto por otros medios, con modos sutiles (o no tanto) de violencia institucional y despojo territorial, que ahora extiende a toda la población de Valcheta, a esas personas maravillosas que solo pretenden vivir dignamente en un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano de manera que sus actividades productivas satisfagan sus necesidades sin comprometer las de las generaciones futuras, asumiendo el deber de preservarlo. O sea, tomándose en serio el Art. 41 de la Constitución Nacional.

No hay exageración en esto que digo: hoy, el gobierno de Río Negro está a punto de autorizar una megamina de uranio a 25 km de Valcheta, una bomba ambiental cuyos impactos permanecerán durante décadas, alcanzando varias generaciones de valchetenses. La mina en cuestión, Ivana, es parte de un proyecto uranífero más ambicioso, Amarillo Grande (AG), y la empresa responsable es la canadiense Blue Sky Uranium (BSK), del Grupo Grosso.

BSK está desde hace rato en la provincia. Supimos de su presencia aquí en 2009, por los diarios. Luego de unas primeras dudas sobre lo que andaban buscando (eran tiempos cuando la utilización de mercurio y cianuro estaba prohibida en la provincia) enseguida se supo que era uranio y vanadio (cuyo lixiviado no requiere de esas sustancias tóxicas).

Entre 2011 y 2017 la empresa canadiense atravesó tiempos complicados. Primero vino Fukushima Daiichi (en 2011) y luego una serie de pases y movimientos corporativos que incluyó una malograda asociación con la francesa AREVA (en 2012), hasta que volvió con todo, casi en coincidencia con el anuncio del gobernador Weretilneck de la instalación de una central nuclear en Sierra Grande (en 2017). Hoy, BSK está a un paso de concretar su sueño radioactivo: en cualquier momento Weretilneck nos tirará por la cabeza el estudio de impacto ambiental de Ivana y le pondrá fecha a la detonación de la bomba.

 

La de uranio es la peor de todas las megaminerías

Esto lo dice todo el tiempo Pablo Lada, ecologista antinuclear y antimegaminero de Chubut, por el hecho de que a los impactos de la megaminería metalífera en general (que son muchísimos), la de uranio le suma el impacto de la radiación del propio uranio y sus productos de desintegración, entre ellos el gas radón (una de las principales causas de cáncer de pulmón[3]), y porque la megaminería de uranio es el primer eslabón de la cadena productiva de la industria nuclear, una industria repleta de problemas de todo tipo, ambientales por empezar.

Los efectos de la megaminería de uranio sobre los cuerpos y los territorios han sido abordados en numerosas publicaciones. Remito a dos trabajos fundamentales que se complementan muy bien: uno que es una referencia en el tema nuclear: «Energía Nuclear: una historia de engaños, ocultamientos y abandono», de Silvana Buján,[4] y otro enfocado en megaminería, «Hablemos de Megaminería», elaborado por la Unión de Asambleas Ciudadanas de Chubut.[5]

Cuando se abordan estos temas de minería y ambiente, desde los gobiernos y las empresas se nos suele decir que las cosas se harán bien, respetando las normas vigentes, y que de suceder una desgracia, Dios no lo permita, los organismos del estado intervendrán para evitar que la sangre llegue al río (o que el uranio llegue a los cuerpos y los territorios). Ah, y que, al terminar la explotación, las empresas dejarán todo como lo encontraron.

No me detendré en lo primero, en lo del respeto de las normas vigentes y la capacidad de respuesta ante las desgracias. Creo que a esta altura es claro para todes que las normas vigentes fueron hechas para favorecer a las empresas, y que el estado es incapaz de garantizar que las empresas no contaminen (de hecho, las petroleras tiran metano a la atmósfera todo el tiempo y nadie hace nada). Sí haré un comentario con respecto al asunto de la remediación. Intentaré demostrar que, cuando las empresas megamineras contaminan, cuando Dios permite que suceda una desgracia, el estado es absolutamente incompetente para reparar ese daño (eufemísticamente llamado «pasivo ambiental»). En el caso de la megaminería de uranio, esto es incuestionable. En nuestro país tenemos evidencia suficiente de ello.

A la evidencia me remito. Hace unos veinte años, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) elaboró un Proyecto para la Restitución Ambiental de la Minería del Uranio (PRAMU).[6] El «pasivo ambiental» de la megaminería de uranio contemplado en el PRAMU, que incluía varias minas abandonadas, estaba (aún lo está) distribuido en seis provincias: Mendoza, La Rioja, Salta, Córdoba, Chubut, y San Luis.[7] Para financiar el PRAMU, Argentina obtuvo en 2010 un crédito de $U70 millones del Banco Mundial, destinados a trabajos de remediación en el ex complejo fabril de Malargüe (Mendoza), y al desarrollo de opciones técnicas, ambientales y sociales para la remediación de «El Chichón» (en Alta Córdoba), «Los Gigantes», y otros sitios no especificados.

Por razones que ignoro, los dólares alcanzaron solo para Malargüe. Alcanzaron para que la CNEA, en un sector de 7 ha donde había colas de mineral de uranio procedentes de la mina «Huemul»,[8] encapsule material tóxico mediante una técnica muy compleja, y cree un parque recreativo al que llamaron «El Mirador». Esta de Malargüe fue celebrada por la Comisión Atómica como la primera obra de remediación ambiental de la megaminería del uranio en toda Latinoamérica. Y hasta hoy la única, porque no hubo una segunda.

Hoy «El Mirador» está cerrado (de hecho, todo este tiempo estuvo más cerrado que abierto) y nadie da razones. O mejor dicho, dan razones pero las cambian todo el tiempo. En 2017, apenas inaugurado, la Municipalidad de Malargüe (a quien la CNEA cedió el parque) lo cerró debido a tareas de mejora en el parquizado y el sistema de riego… aunque luego dijeron que había un problema con los convenios entre Nación y la Municipalidad… y luego que las veredas y los caños se habían roto… y luego que faltaba personal… y luego vino la pandemia. En febrero de 2024 «El Mirador» seguía cerrado. Desde la Municipalidad ahora decían que los trabajos para evitar la dispersión del uranio no se habían hecho bien, y que iban a solicitar a la CNEA informes bimestrales (suerte con eso), y reforzar los cuidados, por lo que iban a adquirir detectores Geiger y realizar censos de salud en la zona para detectar enfermedades relacionadas con la exposición al uranio.[9] En julio de 2024 el parque finalmente se abrió, pero para que ingrese el intendente con el presidente de la CNEA, no sabemos con qué objetivo (no a jugar a las hamacas seguramente) ni si resolvieron algo.[10]

Conclusión: al día de hoy, 8 de diciembre de 2024, nadie sabe bien por qué, el parque recreativo «El Mirador», construido sobre mierda radioactiva encapsulada a un costo de U$70 millones, está cerrado y virtualmente abandonado.

Otro caso de remediación frustrada lo constituye «Sierra Pintada», también en Mendoza. En el documento marco del PRAMU de 2005 no estaba incluida, ya que la CNEA planeaba reabrirla. Luego, debido a la presión social, la CNEA decidió incluir en el PRAMU la remediación del Complejo Minero Fabril San Rafael (CMFSR), donde está Sierra Pintada.[11] Pero, como comenté, el préstamo del Banco Mundial finalmente no incluyó al CMFSR, por lo que el gobierno de Mendoza decidió ponerle el pecho a las balas (o a la radiación) y hacerse cargo de la remediación de la megamina nuclear. Corría mayo de 2023 y aún había 14.000 kg de uranio por remover, y las canteras seguían repletas de agua tóxicas. En esa oportunidad, la funcionaria encargada del muerto declaró lo siguiente: «el proceso, una vez que comience (es decir que aún no había comenzado), se extenderá al menos cinco años para el tratamiento de los sólidos (¿2023−2028?). Después se extenderá unos cinco años más (¿2028−2033?) en lo que concierne a todo el procedimiento de evaporación y tratamiento de los efluentes que se generen.»

Al día de hoy (8 diciembre de 2024), la situación de la mina sanrafaelina no parece haber cambiado. Haciendo un balance de lo actuado, los funcionarios de la CNEA que dejaron su cargo en diciembre de 2023 informaron, sin mayores precisiones, que en el periodo «se continuaron las actividades de remediación para el Proyecto Sierra Pintada, avanzando en la gestión de pasivos y la puesta a punto de la planta de tratamiento.»[12]

Todo lo dicho ilustra muy bien lo sumamente complejísimo que es remediar un sitio impactado por la megaminería de uranio (complejidad que raya en los límites de lo técnicamente posible), aun disponiendo de los fondos para ello (porque también es sumamente costosísimo: recuerden, U$ 70 millones por un parque que no se puede usar).

Ah, y con respecto a aquello de que al terminar la explotación las empresas dejarán todo como lo encontraron, pregunto cuándo ha sucedido eso en el mundo, porque al menos en Argentina, nunca. En Valcheta mismo hay un botón de muestra de lo que podría ocurrir con Ivana, y de lo que al gobierno de Río Negro le importa el pasivo ambiental minero: las instalaciones de la empresa minera que explotaba fluorita ubicadas a la entrada del pueblo, sobre la RP N° 4, abandonadas desde hace años sin que los sucesivos gobiernos provinciales hayan movido un dedo para desmantelarlas (aunque hay que aclarar que la fluorita, a diferencia del uranio y sus subproductos, es, en principio, inerte). Porque el sentido común recomendaría hacerse cargo del pasivo ambiental minero existente (o sea, resolverlo, remediarlo) antes de abrir nuevas minas, ¿no? Pero el gobierno de Río Negro ni esto puede o quiere.

 

Amarillo Grande. Episodio I: «Ivana»

Hasta hace pocos años, era muy poco lo que conocíamos sobre AG. Ese conocimiento se limitaba a unos pocos anuncios corporativos y unas pocas declaraciones de funcionarios. Recién con la publicación del Preliminary Economic Assesment (PEA) sobre Ivana en 2019 (PEAo),[13] y su actualización en 2024 (PEAa),[14] tenemos una idea aproximada del proyecto.

Los PEA fueron elaborados por consultores externos a BSK, pero sobre la base de información proporcionada por personal de la empresa, a quienes los consultores mencionan como «informantes no-independientes».

Les consultores a cargo de la elaboración del PEA vinieron a la provincia, pero medio como para cumplir. Para el PEAo, solo dos de los seis integrantes del equipo de consultores pisaron Río Negro. Para el PEAa se consigna la visita de dos de los cinco consultores, pero en realidad es uno solo, ya que el otro había venido para el PEAo. En ambos casos, fueron visitas de apenas dos días (PEAo, p. 10; PEAa, p. 11).

Entonces, técnicamente, Ivana hoy se encuentra en fase de Evaluación Económica Preliminar (PEA, Preliminary Economic Assesment), que es donde se efectúa una primera estimación del recurso mineral, determinando el tonelaje y la ley existente en el cuerpo mineralizado.[15] El paso siguiente es la fase de Prefactibilidad, cuando la empresa debería elevar a la provincia un estudio de impacto ambiental (EIA) (aquel que Weretilneck pronto nos tirará por la cabeza), el cual debería ser aprobado por el Consejo Provincial de Evaluación Ambiental Minera (Co.P.E.A.M), un engendro burocrático creado por Ley provincial N° 4.738/11 (la misma que derogó la Ley provincial N° 3.981, conocida como «anticianuro»). Los tiempos son inciertos: el PEA de Calcatreu fue completado en 2018[16] y el EIA presentado en 2024 (pandemia mediante). Este de Ivana podría tomarse unos años también.


Territorio bajo fuego extractivista

AG comprende una superficie de 230.000 ha (PEAa, p. 14, 50.000 ha menos que en el PEAo, p. 13) a lo largo de un corredor de 145 km de longitud que atraviesa la provincia en dirección NO-SE. Posee tres áreas de prospección avanzada (advanced prospect areas): de norte a sur: Santa Bárbara, Anit, e Ivana (Figura 1).

El área de prospección avanzada Ivana comprende una superficie de 118.000 ha dentro del bajo de Valcheta (en la Figura 2, en color naranja), poco menos del doble de la superficie del Alto Valle del río Negro (65.200 ha). Dentro del área de prospección avanzada, el proyecto hace foco en un área menor: Prospecto Ivana (Ivana prospect) (en color rojo en la Figura 2). Prospecto Ivana es en realidad la sumatoria de 5 minas y 6 demasías (demasía es la superficie entre minas que la minera incorpora al proyecto) (PEAa, p. 14) (Figura 3). Entre las 11 son unas 6.776, 93 hectáreas. (En el PEAo no estaban incluidas las demasías, por lo que el área era un poco menor (6.754,49 ha, p. 13.)

La superficie que ocupará Ivana (canteras, escombreras, instalaciones, depósitos, piletas de relaves, etc.), a juzgar por los mapas del PEA, es de unas 700 hectáreas: equivalente a toda el área urbana de la ciudad de Valcheta.

 

Figura 1. Mapa de elaboración propia en donde se indica la localización del proyecto Amarillo Grande, y, dentro de él, Ivana (los contornos de las áreas de prospección avanzada, Santa Bárbara, Anit e Ivana, no están actualizados: nótese que en la Figura 2 Anit e Ivana contactan). La línea verde de la imagen superior, corresponde al límite sudeste del Área Natural Protegida «Bajo de Santa Rosa y Salinas de Trapalcó»,[17] de la Municipalidad de Lamarque.

 

 

Figura 2. Áreas de exploración avanzada del proyecto AG según el PEAa (p. 16). Prospecto Ivana (Ivana Prospect) en color rojo, con forma de patito. Hay aquí algunas diferencias entre ambos PEA. El área que en el PEAa es indicada como «Don Javier», en el PEAo es indicada como «Bajo de Valcheta» (PEAo, p. 15).

 

 

Figura 3. Prospecto Ivana. Sus cinco minas: Ivana VIII A, B, D, F e Ivana IX, y sus demasías. El área a excavar, coincidente con el área de color verde, corresponde principalmente a los sectores Ivana VIII A y B (PEAa, p. 17).

 

BSK no está sola en el bajo. Comparte territorio con otras mineras. Por el sur limita con tenencias mineras de Trendix (8.250 ha), una empresa argentina que se dedica fundamentalmente a exploración, con manifestaciones de descubrimiento en distintos metales (Galadriel 7, Milla 6 y San Martín Norte 2), y por el norte con tenencias de ALPAT (1.600 ha), con una manifestación de descubrimiento de halita (Homenaje), que comprende casi la totalidad de la laguna Tres Picos (PEAa, p. 147).

 

Figura 4. Les vecines de Prospecto Ivana. Nótese cómo la concesión de ALPAT (Homenaje) abarca la laguna Tres Picos casi completa.

 

No es como Venecia sin ti

Ambos PEA coinciden en el poco conocimiento que se posee de la hidrogeología del área: «En esta etapa no se han realizado estudios hidrogeológicos detallados para evaluar las condiciones de las aguas subterráneas. Sin embargo, según los resultados de las perforaciones exploratorias, el nivel de agua subterránea (groundwater level) se encuentra aproximadamente entre 7 y 10 m por debajo de la superficie. Por lo tanto, se esperan condiciones de explotación secas en las elevaciones superiores de la mina, que gradualmente tenderán a condiciones más húmedas en las profundidades.» (PEAo, p. 93; PEAa, p. 97) (El resaltado es mío.)

Es decir que las canteras van a superar en profundidad el nivel de agua subterránea, ya que las mismas alcanzarían los 30 m de profundidad (PEAo, p. 92; PEAa, p. 95). Es decir que se formarán lagunas artificiales con una alta concentración de minerales radiactivos y metales pesados. Sobre este asunto volveré más adelante.

El PEAo también dice algo que es omitido en el PEAa: que las vías de flujo dominantes del agua subterránea discurren de SO a NE, y que la recarga se recibe desde el área de la meseta de Somuncura al suroeste del proyecto (p. 130). Esto implica que si el agua subterránea llegara a contaminarse a la altura de la mina, la contaminación continuaría hacia el NE, hacia la laguna Tres Picos, haciéndola inhabitable para las aves que la utilizan como lugar de reposo, y envenenando a la fauna que abreva de sus aguas. Esto último lo digo yo, no el PEA.

Lo mismo vale para las aguas superficiales. En este sentido, cuando llueva torrencialmente en la meseta, el agua proveniente de allí cruzará Ivana, y la escorrentía, contaminada por los desbordes de canteras y relaves y zanjas para recolección de filtraciones, continuará hacia la laguna Tres Picos, convertida en una mini-área de sacrificio. (¿Qué opinará Cristóbal López al respecto?)

Eso sí: como esas aguas contaminadas no afectarán directamente a la ciudad de Valcheta, por encontrarse esta a una mayor altura y más hacia el sur, a la empresa esto parece no importarle.

Efectivamente, la empresa ve como positivo que Ivana esté casi a 100 metros por debajo de la «elevación de Valcheta» (supongo que se refieren a la ciudad), dentro de un sistema hidrológico cerrado (e inundable, agrego yo). Alegan que, debido a esa diferencia de altura, cualquier actividad de extracción y procesamiento desarrollada en el área de la mina (que está 100 m por debajo) probablemente tenga un bajo riesgo potencial para los acuíferos locales de agua dulce (local freshwater aquifers, PEAo, p. 19; PEAa, p. 20), sincericidio que reconoce que las actividades megamineras generan un riesgo para los acuíferos locales de agua dulce. Los pobladores rurales que viven en los bajos o tienen animales allí no podrían quedar menos tranquilos con esta afirmación.

Sigo con los riesgos. Ivana se emplazará en una zona deprimida, en los bordes de una cuenca endorreica (el bajo de Valcheta) que recibe la escorrentía pluvial de todos lados. Por eso, el riesgo de que la mina se inunde en un período de intensas precipitaciones (como en 2012, como en 2013, como en 2024) es muuuy alto, por no decir seguro. El mismo PEAo lo reconoce: «La parte prospectada de Ivana se ubica en la subcuenca de Laguna Tres Picos, que cubre un área aproximada de 8.074 km2. Esta recibe drenaje de los afluentes hacia el norte, a través de la escorrentía pluvial, y del sistema de agua vinculado al drenaje de Nahuel Niyeu, que recibe escorrentía adicional. Los arroyos efímeros también contribuyen al drenaje, incluidos los arroyos Yaminué y Treneta / Salado, cuyas aguas de cabecera provienen de humedales en mesetas de lava distantes a unos 100 km al sur. (…) La subcuenca Laguna Indio Muerto, de menor superficie (donde se ubican la mayoría de los pozos de monitoreo), recibe aportes de afluentes efímeros» (p. 129). En el PEAa este párrafo fue eliminado: extrañamente, toda referencia a esos arroyos y lagunas es omitida. Por el contrario, y más extrañamente aún, el PEAa ve como una ventaja el hecho de que Ivana se halle en el interior de un bajo: «Prospecto Ivana se ubica dentro de una cuenca endorreica, lo que constituye una ventaja para su gestión ambiental en futuras etapas de explotación y cierre.» (p. 124). No soy un ingeniero en minas, pero descuento que tras esa ventaja se esconden mil desventajas.

 

Figura 5. Fuente: Estudio CFI-ARSE (p. 1). Obsérvense las curvas de nivel (líneas quebradas negras), y el sentido del flujo subterráneo (flechas quebradas azules) coincidentes con la pendiente topográfica y que muestran que toda el área de emplazamiento de la mina es deprimida y por lo tanto inundable. De hecho, así se vio, en enero de 2013, luego de unas lluvias torrenciales, el jagüel ubicado en el punto V16 (coincidente con Ivana):

 

 

Figura 6. Fuente: Estudio CFI-ARSE (p. 8). Punto aproximado de la localización de Ivana luego de las lluvias torrenciales de enero de 2013. No encontré registros fotográficos de cómo quedó este bajo en marzo de 2012, en ocasión de las lluvias torrenciales que causaron la destrucción del puente de la ruta nacional N° 23 sobre el arroyo Nahuel Niyeu (puente que, dicho sea de paso, sigue sin ser reparado). Esa agua es una desgracia para la minera, pero no necesariamente para la población rural, y una bendición para la fauna silvestre. Con Ivana estos reservorios de agua dulce corren serio riesgo de contaminarse.


Algunos datos duros sobre Ivana

Tipo de mineralización (común a otros sectores de AG): uranio casi superficial, hasta 25 m de profundidad, en rocas poco consolidadas pertenecientes al miembro inferior de la Formación Chichinales (Mioceno Inferior) (PEAo, p. 32; PEAa p. 27, 29). El principal mineral de uranio es típicamente carnotita, un vanadato hidratado de uranio y potasio amarillento con la siguiente fórmula: K2(UO2)2(VO4)23H2O, que se presenta como recubrimientos sobre guijarros y granos de arena, y como diseminaciones en areniscas y conglomerados poco consolidados (PEAa, p. 29; PEAo, p. 32). (La empresa considera que estas condiciones hacen barata la extracción.)

Recursos: 19,7 millones de toneladas de recursos minerales indicados con 333 ppm (partes por millón) de U y 105 ppm de V (PEAa, p. 91). En el PEAo (p. 4, p. 82) se mencionan 28 millones de toneladas de recursos minerales inferidos con 311 ppm de U y 107 ppm de V. En el PEAo (p. 4), los consultores decían: «Se espera razonablemente que la mayoría de los recursos minerales inferidos puedan actualizarse a recursos minerales indicados con la exploración continua». La pegaron. Fue así nomás.

Reservas: no sabemos. Al igual que en el PEAo (p. 87), en el PEAa no hay estimación de reservas (p. 92). Debe tenerse en cuenta que recursos inferidos lo son sobre la base de limitada evidencia científica y de muestreo.[18] Los recursos indicados son realizados sobre una base más amplia y poseen un grado de confianza mayor que los inferidos, pero aún deben convertirse a reservas mineras probables o en recursos medidos, y de ahí a reservas probadas.[19] Este paso aún no se ha dado.

Precio del uranio sobre el que se basa el PEAa: 75 dólares la libra de U3O8 (a noviembre de 2024 está por encima de los 78).

Tiempo de construcción: 2 años.

Tiempo de producción: 11 años. En el PEAo era por 13 años. La baja seguramente tiene que ver con que aquellos 13 años del 2019 fueron calculados sobre los recursos inferidos y estos 11 del 2024 sobre los recursos indicados.

Producción total estimada: de U3O8, 16,5 millones de libras, y de V2O5, de 5,2 millones de libras (PEAa, p. 103, 145) (1 lb=0,45 kg).

Total de relaves (11 años): 5.400.000 toneladas (ver abajo).

Tiempo de cierre + monitoreo= 6 años. «Se espera que el cierre activo dure un año, con otros cinco años de seguimiento para un período total de cierre de seis años.» (PEAo, p. 133; PEAa, p. 127).

Tasa de minado: considerando todo, desechos (waste) y plant feed (o «mineral para alimentación para las plantas»): 5,6 millones de toneladas anuales (años 6 a 8). Considerando los 11 años de producción, se extraerán más de 58 millones de toneladas de roca: más de 34 millones de toneladas de desechos y más de 23 millones de toneladas de plant feed (PEAa, p. 97). Esto es, por día, unas 15.000 toneladas de desechos y plant feed (PEAa, p. 97).

Tasa de procesamiento: 2,17 millones de toneladas por año, a razón de 6.300 toneladas por día (PEAa, p. 6). (Equivale más o menos a las 23 millones de toneladas de plant feed que mencioné arriba dividido 11.)

Empleos directos totales: 186. El PEAo y el PEAa dan un número idéntico de puestos de trabajos directos totales (186), distribuidos de la siguiente forma: la operación de la mina requerirá una fuerza laboral de 105 personas como máximo (PEAa, p. 101) (el número varía, en promedio son 100, 20 de los cuales son siempre camioneros); el personal de la planta de procesamiento se estima en 28 personas, entre ellas 11 técnicos y supervisores, 9 operadores y 8 trabajadores de mantenimiento (PEAa, p. 137): y 58 como personal de administración, más de la tercera parte de los cuales (16) corresponden a personal de seguridad (PEAa, p. 138).

Regalías totales (pos los 11 años): U$30,8 millones (ver abajo).

Como comenté, el proyecto se encuentra actualmente en fase de PEA. En junio de 2024, la BSK anunció su asociación con Corredor Americano SA (COAM), una empresa de servicios petroleros perteneciente a la Corporación América de Eduardo Eurnekian para llevar el depósito Ivana a la fase de prefactibilidad y explorar las áreas circundantes para identificar nuevos depósitos y extender la vida económica del proyecto.[20] Aparentemente, la idea es que COAM termine haciéndose cargo del proyecto con la adquisición del 51% de las acciones. No sé en megaminería, pero en petróleo no convencional los de COAM son unos fenómenos: en agosto de 2024 despidieron a 150 trabajadores de la construcción de un yacimiento en Santa Cruz, poniendo en riesgo cientos de empleos de firmas proveedoras.[21]

 

Ivana y su infraestructura

Una mina no solo es un agujero enorme (de 3.000 m de longitud X 400 m de anchura y 30 m de profundidad, en el caso de Ivana) sino también un conjunto de instalaciones necesarias para su funcionamiento. En las siguientes dos figuras tomadas del PEA muestro la disposición de la infraestructura del sitio. Muestro la misma figura correspondiente al PEA original de 2019 (Figura 7) y al actualizado de 2024 (Figura 8), porque no son idénticas.

En ambas figuras, al ladito de las canteras, al SO de las mismas, se observa la enorme área de almacenamiento de desperdicios de roca estéril (waste rock storage area). Si el uranio se encuentra a 25 m de profundidad, a este almacenamiento iría a parar la pila de sedimentos por encima de ese nivel (todo lo excavado hasta alcanzar la capa con uranio).

Hay cuatro reservas de tierra vegetal (topsoil stockpiles) conteniendo la capa superior del suelo de las áreas excavadas, que se supone será repuesta en la fase de restauración.

Se observan también las reservas del material de rechazo de la LFCPP (LFCPP reject stockpile), o sea la parte del plant feed que es rechazada por gruesa (partículas >100 μm) (ver más adelante en «proceso») durante los tres primeros años del proyecto (Fase I). A partir del año 4, esos mismos rechazos gruesos van directo a las canteras (ver abajo).

Se observa también el sector de oficinas (Office shop) y la planta de procesamiento (Process plant).

Por último, está la instalación inicial de gestión de relaves o Starter TMF (Starter Tailing Management Facility) que es un enorme dique cuadrado de 500 m de lado, donde irían a parar los relaves de los tres primeros años (Fase I).

 

Figura 7. Disposición de la infraestructura de Ivana según el PEAo (p. 110).

 

En la Figura 7 (PEAo) se observa que hay una Potential future TMF expansion que no está en el PEAa (Figura 8). (La expansión de la TMF hacia el norte también figura en un mapa de la p. 109 del PEAo.) El PEAo dice lo siguiente (p. 114): «Existe potencial para una futura expansión de las instalaciones, como se muestra con un contorno discontinuo.» Esta frase no está en el PEAa (ver p. 112). (Entiendo que esa expansión corresponde siempre a la Fase I, es decir a los tres primeros años de la explotación, que es el tiempo de vida de esta TMF.) Supongo que en 2024 habrán entendido que no era necesaria una expansión de ese enorme tanque cuadrado. Raro, porque en el PEAo (p. 96) se estimaba una producción total de 1.380.000 toneladas de relaves para la TMF inicial (es decir, para el total de lo generado los tres primeros años), mientras que en el PEAa (p. 111) se calcula que los relaves de los tres primeros años alcanzarán las 1.440.000 toneladas. Claro, la producción de relaves total es menor en el PEAa (unas 5.400.000 toneladas contra 6.370.000 toneladas del PEAo), debido a que en el PEAo la explotación de la mina es por 13 años y en el actualizado por 11: menos tiempo de explotación, menos relaves.

Y ya que estamos con la TMF, digamos que el PEAo (p. 112) contempla, para la construcción de la TMF, unas 690.000 toneladas de desechos (entiendo que de roca estéril). En el PEAa, en cambio, se habla de 2.370.000 toneladas: «En el primer año se procederá a la extracción previa de aproximadamente 2,37 Mt de residuos de los bancos superiores de las fases iniciales. Estos residuos se utilizarán para construir la celda externa inicial de relaves finos antes del inicio de las operaciones de procesamiento» (p. 97) (el resaltado es mío). Entiendo que la diferencia quizás radique en que parte de esas 2.370.000 toneladas van a reservas (Waste rock storage).

Por último, se observa en la Figura 7 cómo parte de la TMF inicial (Starter TMF, el cuadrado amarillito de arriba), toda su expansión, y el Topsoil stockpile quedan por fuera de Prospecto Ivana (la línea roja es su límite norte).

 

Figura 8. Disposición de la infraestructura de Ivana según el PEAa (2024).

 

En la Figura 8 se muestra la disposición de la infraestructura según el PEAa (p. 109). No hay grandes diferencias con el PEAo. Quizás la mayor sea la desaparición de la Potential future TMF expansion. Parte de la TMF inicial (Starter TMF), y el Topsoil stockpile siguen quedando por fuera de Prospecto Ivana (la línea roja es su límite norte). Supongo que esto lo habrán blanqueado con provincia.

Por los colores de la leyenda, entiendo que aquí se muestra una fase más avanzada que en el PEAo. En efecto, en el PEAa las celdas de la cantera ya están rellenadas con distintos materiales: tailings o relaves (áreas 1 y 4), coarse reject o rechazos gruesos (áreas 2, 3 y 6), waste rock o desperdicio de roca estéril (áreas 6−8), y el topsoil o cobertura superior de suelo que debería estar por encima de todo. Contrariamente, en el PEAo (Figura 7) hay celdas de la cantera que se muestran «activas» (active mining areas), es decir que están siendo excavadas; otras que son «de relleno activas» (active mine backfill area), es decir áreas que fueron rellenadas pero que aún contienen un «estanque sobrenadante» (supernatant pond), o que no han sido cerradas (con una cobertura de cierre, que incluye la capa superficial del suelo) ni revegetadas (ver imagen de abajo); y otras que están «rellenadas» (backfilled mine areas), que ya han sido cerradas y revegetadas.

Regresemos a la TMF inicial la cual, recordemos, corresponde a la Fase I de los tres primeros años, y que tendrá unos 500 m de lado. Los terraplenes que contendrán los relaves (los lados del cuadrado) poseerán unos 10 m de altura, y estarán construidos con material de desecho (parte de aquellas 2.370.000 toneladas que mencioné más arriba). La parte interna del terraplén, la zona S de color salmón en el grafiquito de la Figura 9, la que da hacia el estanque, tendrá una baja permeabilidad (IMPORTANTE: no se habla de impermeabilidad) y tendrá como finalidad la de minimizar filtraciones (IMPORTANTE: no se habla de impedir filtraciones) (PEAo, p. 116; PEAa, p. 112)[22], zanjas para recolección de filtraciones (CONFIRMADO: habrá filtraciones), etc. (PEAo, p. 115; PEAa, p. 112). Como expliqué, esta TMF inicial contendrá las colas de relave y el agua asociada correspondiente a los tres primeros años (Fase I). Para el resto de los años (del 4 al 11, Fase II) se prevé echar los relaves, junto con los rechazos de la LFCPP, directamente a las canteras (Figura 10) (PEAo, p. 111; PEAa, p. 111), las cuales seguramente habrán perforado el nivel del agua subterránea y se hallarán inundadas: recordemos que el nivel de agua subterránea se halla a 5−10 m (PEAo, p. 130), o 7−10 m de profundidad (PEAa, p. 97) (fijarse que en la Figura 10, la profundidad de las canteras roza los 30 m).

  

Figura 9. Corte transversal de la TMF inicial (PEAa, p. 113), el dique cuadrado de 500 m de lado que contendrá los relaves de los tres primeros años de explotación de la mina.

 

 

Figura 10. PEAo, p. 118. Este grafiquito del PEAo está muy bueno y fue omitido del PEAa. Corte transversal de los diques que se construirán en el interior de las canteras, a partir del 4to año, los cuales contendrán tanto relaves como rechazos de LFCPP.

 

Procesos

Algunos aspectos del proceso productivo que desarrollaré a continuación ya fueron comentados en el subtítulo anterior («Ivana y su infraestructura»).

Como referí, la «vida productiva» de la mina estará subdividida en dos fases: la Fase I (años 1 a 3) y la Fase II (año 4 en adelante).

Se comenzará con una primera cantera (Starter Area) y progresivamente esa cantera se ampliará hacia el sudeste primero (hacia las áreas 3 y 4), y luego hacia el noroeste (hacia las áreas 5 a 9) (Figura 11) (PEAa, p. 96).

 

 

Figura 11. Diseño final de la mina (PEAa p. 96). Es la misma medialuna de las figuras anteriores (Figuras 1C, 3, 7, y 8). Nótese que, durante los años 5 y 6 se estará avanzando en ambas direcciones. En el PEAo esta simultaneidad se daba a lo largo de 4 años, del año 6 al 9 (PEAo, p. 91).

 

Ya conté que las canteras alcanzarán una profundidad de 30 m, con una profundidad promedio de 20. La longitud de la cantera será de 3.000 m de longitud por entre 100 y 400 m de anchura (PEAo, p. 90; PEAa, p. 5, p. 95). Los ángulos de la pared tendrán unos 30°. El piso de la cantera será ondulado (PEAo, p. 90, 92; PAEa, p. 95).

También conté algo sobre la gestión de los residuos (PEAa, p. 98). En la Fase I, se construirá y rellenará la TMF inicial y en la Fase II comenzará el relleno de las canteras, tanto con los relaves del año 4 en adelante como con el material de rechazo de la LFCPP, que en la Fase I había sido depositado en un lugar aparte (LFCPP reject stockpile en Figura 7 y Coarse reject stockpile en Figura 8).

La operación de Ivana requerirá la excavación de dos tipos de materiales: el material de desecho (1), y el material con el mineral que va a la planta de procesamiento (plant feed) (2). El PEAo plantea que, sumando ambos tipos de materiales, se extraerá hasta un total de 13.000 toneladas por día (p. 5), aunque el PEAa indica que esas 13.000 toneladas diarias corresponden solo al plant feed (p. 111). (Puede haber un error aquí: puede que esas 13.000 toneladas diarias correspondan al total del material.)

 

1. Material de desecho (waste rock). Material estéril o de bajo grado que se transportará a un vertedero de residuos al sur de la mina (sólo al inicio de las operaciones), rellenará la mina excavada, o se usará para construir celdas de relaves iniciales. En el PEAo se calculaban unas 30.100.000 de toneladas en 13 años (PEAo, p. 112), en el PEAa unas 34.760.000 de toneladas en 11 años (p. 111).

 

2. Plant feed (alimento de mineral o mineral de alimentación o como se traduzca eso). Material por encima del grado de corte económico que se transportará a la llamada Leach Feed Concentrate Preparation Plant (LFCPP), o se guardará como reserva, como un modo de gestionar la calidad del plant feed. Son 6.300 toneladas diarias que pueden ir a la planta o a reservas (PEAo, p. 97; PEAa, p. 6, p. 111). En el PEAo se calculaban unas 27,69 millones de toneladas en 13 años (27.690 kilotoneladas, p. 97) y en el PEAa unas 23,47 millones de toneladas en 11 años (p. 111).


El plant feed será procesado en dos etapas


1. Procesamiento en la LFCPP, que es una instalación de cribado y depuración semimóvil ubicada en el sitio minero propuesto (PEAa, p. 6). (Esta instalación NO está indicada en las figuras 7 y 8, supongo que por tratarse de una planta semimóvil.) La LFCPP separará material grueso (partículas >100 μm) del fino (<100 μm). El 77 % del plant feed es desechado por grueso (en el PEAa, p. 111, equivale a 18,07 millones de toneladas en los 11 años), y será deshidratado, almacenado y devuelto a una superficie de almacenamiento (LFCPP reject stockpile en la Figura 7; Coarse reject stockpile en la Figura 8) o al relleno de la cantera. Parte de este descarte irá a formar parte de los terraplenes de los relaves (PAEa, p. 6). 

 

2. En una segunda fase, la sopa (slurry) conteniendo la fracción fina del material mineralizado (un 23% del total del plant feed) será bombeado a la planta de lixiviado (Process plant en las figuras 7 y 8). A través de un circuito de filtrado/lixiviado alcalino (utilizando carbonato de sodio y bicarbonato) se disolverá el uranio y el vanadio de los minerales que alimentan la planta. (DATO IMPORTANTE: Para el lixiviado NO se prevé utilización de ácido sulfúrico, que es lo habitual en minería de uranio.) El uranio y el vanadio serán separados por precipitación química diferencial. Las colas de relaves del circuito de lixiviado alcalino (lo que queda de ese 23 % una vez que la mayoría del uranio y vanadio ha sido despojado, en el PEAa, p. 111, unas 5,40 millones de toneladas en los 11 años) será inicialmente bombeado a la TMF donde este se asentará y liberará agua (PEAa, p. 7).

 

Como expliqué, desde el año 4 en adelante (en la Fase II) los relaves irán a rellenar las canteras, junto con el material de rechazo de la LFCPP, es decir que los nuevos terraplenes y los nuevos estanques se dispondrán dentro de la cantera, tal como se muestra en la imagen de abajo, que está en el PEAo (p. 99) pero no en el PEAa.

  

Figura 12. El relleno de las minas comenzará en los años 3−4 (PEAo, p. 99), comenzando con los relaves, desechos de la LFCPP y desechos estériles. Phase AW es el sector I (oeste) del Starter Area de la Figura 11, y Phase AM es el sector II (este) del Starter Area en la misma figura. El relleno del sector oeste (Phase AW AM) comienza cuando comienza a excavarse el sector este (Phase AE).

 

Ivana y el agua

La megaminería, incluyendo la de uranio, requiere de enormes cantidades de agua. ¿De dónde sacarán el agua necesaria para Ivana? Sobre esto no hay dudas: bombearán agua subterránea. Pero, ¿cuánta?

En total, el requisito de agua de reposición (makeup water, o agua fresca) es de entre 10 y 11 litros por segundo (l/s) en la Fase I de operaciones (años 1 a 3) y de entre 8 y 9 l/s en la Fase II de operaciones (cuarto año en adelante) (PEAo, p. 120; PAEa, p. 110). En principio, esa agua es la que bombearían.

Si no hice mal las cuentas, 9 litros por segundo son 32.400 litros por hora (una cuarta parte de lo que toma la Planta Potabilizadora del arroyo Valcheta, al menos desde febrero de 2024[23]), 777.600 litros por día, 283.824.000 litros por año, 3.122.064.000 litros por los 11 años de operación de la mina: más de 3 millones de metros cúbicos de agua. Esto hablando solamente del agua bombeada, que según la empresa no sirve para otra cosa (ver abajo). O sea que a esos miles de millones de litros habría que agregarle el agua para la higiene y consumo de les trabajadores, la limpieza de las instalaciones, el riego de los accesos y caminos de tierra (aunque esto bien lo podrían hacer con agua recuperada del proceso), y un montón de otros usos.

¿Eso es mucho o es poco? La verdad es que ni BSK lo sabe: repito lo que transcribí más arriba: «En esta etapa no se han realizado estudios hidrogeológicos detallados para evaluar las condiciones de las aguas subterráneas» (PEAa p. 97).

 

¿No sirve para nada?                   

Según BSK, el agua subterránea en el sitio de la mina (bajo de Valcheta) obtenido en las mismas parcelas que fueron objeto de exploración, es salina y abundante, no potable para humanos y animales, pero sí adecuada para operaciones de procesamiento de minerales.

En 2019 decían que «(e)l agua subterránea no es potable y tiene una idoneidad limitada para abrevar el ganado o para el riego» (PEAo, p. 131), y en 2024 que «(l)a calidad del agua subterránea no es adecuada para el consumo humano, el agua potable para el ganado o el riego debido al contenido natural de uranio, vanadio, aluminio, zinc, boro, arsénico y sólidos disueltos totales.» (PEAa, p. 125).

Con respecto al contenido de uranio, les canadienses del PEAo dicen lo siguiente, que no quedó en el PEAa: «La zona con mayor contenido de uranio natural (en el agua subterránea) se ubica en las propiedades mineras MD Ivana VIII-A y MD Ivana VIII-B y sería consecuencia de la removilización natural en un ambiente mineralizado» (p. 131). Raro, porque en el punto V16 (ver Figura 5 la ubicación de ese punto, coincidente con la localización de Ivana) hay o hubo un jagüel. De hecho, allí hay un establecimiento, algo más que un puesto, abandonado o no, no lo sé (Figura 13). ¿Qué usos se daba a esa agua? ¿Qué sucedió para que se contaminara con uranio? ¿O es que siempre estuvo contaminada y recién ahora lo sabemos?

  

Figura 13. Establecimiento ubicado en el sitio exacto del emplazamiento de Ivana. Google Maps, 5/12/2024.

 

¿Es tan así que el agua subterránea del bajo de Valcheta no sirve para nada excepto para la megaminería? Claro que no. Los pobladores del bajo de Valcheta han utilizado el agua de pozo durante años para dar de beber a sus animales, sobre todo cuando el agua de los tajamares se agota.

Hay un informe realizado en 2013 mediante un pedido efectuado al CFI por la provincia de Río Negro, a través del Departamento Provincial de Aguas (DPA), mediante un contrato de obra entre el CFI y Aguas Rionegrinas Sociedad del Estado (ARSE), para estudiar la hidrogeología de la región sur de la provincia de Río Negro.[24] Este informe reconoce que el agua subterránea es no apta para el consumo humano, pero concluye «que 11 de las 15 muestras analizadas son aptas para el consumo de los ovinos adultos y de los bovinos para carne (73% del total). Para los bovinos lecheros la cantidad de muestras aptas se reduce a 10 (67%), para los equinos a 9 (60%) y para los cerdos las muestras aptas son 6 (40%).» (p. 32).

Los pobladores rurales usan agua de pozo, un agua que sin duda no es buena. De todas formas, los autores del informe no recomiendan «saquen a los pobladores de ahí y dejen entrar a las mineras»: por el contrario, recomiendan a los organismos del estado (p. 35): «Informar a los pobladores, a través de los organismos de competencia, sobre la necesidad de mejorar la calidad del agua subterránea que consumen, fundamentalmente debido a su alto contenido en Flúor y Sodio. Para ello se podría emplear agua de lluvia, para lo cual sería necesario construir los sistemas de captación en los techos de las viviendas que resulten apropiados y las cisternas para el almacenamiento (aljibes). En términos generales se considera que una proporción adecuada para mejorar la calidad del agua de pozo, es la de una mezcla por partes iguales entre ésta y la de lluvia.» (El resaltado es mío.)

El estudio de ARSE-CFI indica que existen en el área dos tipos de acuíferos: «Uno somero, con el nivel hidráulico a menos de 5 m de profundidad, situado en los bajos topográficos, donde se concentra el flujo superficial, generado por la lluvia, que actúa como factor principal de recarga y que en general se caracteriza por salinidades de medias a bajas (menores a 3.000 mg/l).» (p. 15). «Otro más profundo, subyacente al anterior, con el nivel hidráulico a más de 5 y aún de 10 m de profundidad; está contenido en roca, manifiesta un flujo regional SO-NE, con una zona de recarga principal que podría ubicarse en la Meseta de Somuncurá. Las salinidades suelen superar los 5 g/l, pero algunos pozos registraron valores mucho más altos como V6 (16.260 mg/l), V8 (18.200), V12 (58.700), V20 (18.810) y V30 (8.490 mg/l). Esta agua, dominantemente clorurada-sódica, es mucho más vieja y por ende tiene un tiempo de contacto mucho mayor con el componente sólido que la del acuífero somero» (p. 15, 16). Con relación a esto me pregunto: la contaminación del agua subterránea que menciona el PEA, ¿comprende a ambos acuíferos? Porque, de acuerdo con el informe del INTA, el acuífero somero parece estar bien, al menos en cuanto a su salinidad. De acuerdo con el PEAo «(l)a salinidad del agua subterránea es muy alta, >5000 mg/l» (p. 130). ¿Habla del acuífero profundo? Si sí, ¿qué sucede con el somero? ¿Es igualmente hipersalino? Lamentablemente, en el PEAa no hay ninguna referencia a la salinidad del agua subterránea (p. 125), pero sí, como comenté, al contenido de uranio, vanadio, etc.

En 2014, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) elaboró otro informe con motivo de una capacitación técnica titulada «Manejo de los recursos hídricos para propósitos múltiples en áreas de secano del área de influencia de Valcheta, Provincia de Río Negro.»[25] En ese informe (p. 27) se señala que, a unos 18 km al SE de sitio de emplazamiento de Ivana, hay agua para ganado excelente y para riego de pasturas. En otro establecimiento aún más próximo a la mina (a unos 9 km al S-SE), el mismo informe refiere que su propietario había excavado un pozo con agua que resultó no apta para el consumo, pero que los técnicos no descartaban perforar en áreas de mayor resistividad a través de métodos geoeléctricos (p. 10).

 

Promesas de eficiencia

La empresa promete cuidar el agua. Los PEA le dedican mucha atención a este asunto de la gestión del agua en cada una de las etapas del proceso.

Los dos esquemitas que reproduzco abajo corresponden a la gestión del agua durante las fases I (años 1 a 3) (Figura 14) y II (años 4 a 11) (Figura 15) del proyecto. Son difíciles de entender sobre todo para quienes no somos ingenieres en minas, pero lo básico, se entiende.

Se entiende que, en la Fase I, el agua de reposición o makeup water de la planta de procesamiento (que, como indiqué, es donde se hace el lixiviado) proviene principalmente de pozos de agua subterránea. La planta también recibe agua del estanque sobrenadante (supernatant pond) de la TMF inicial. En la Fase II se dispone además del agua obtenida de las áreas mineras activas (que reciben agua subterránea al perforar el nivel freático), y del agua recuperada de otros procesos, como de las celdas de relleno activas en las áreas mineras (PEAa, p. 110).

La concentración o depuración en el LFCPP no posee un aporte de agua propio. Se entiende que recupera parte del agua de la planta de procesamiento.

 

 

Figura 14. Esquema que muestra el flujo de gestión del agua en la Fase I (PEAa, p. 115) (traducción propia).

 

 

Figura 15. Esquema que muestra el flujo de gestión del agua en la Fase II (PEAa, p. 116) (traducción propia). Nota 2 (cuadrito de abajo a la izquierda): El estanque de filtraciones y la TMF inicial recuperado se muestran solo como referencia y no contribuyen al equilibrio hídrico de todo el sitio para la Fase II.


Ivana año 12

Con respecto al cierre de Ivana, transcribo lo que escribí en «RÍO NEGRO:DIEZ RAZONES PARA RECHAZAR LA MEGAMINERÍA METALÍFERA»[26]: «Recientemente, en agosto de 2024, la directora de tierras y recursos de ese país, Ellie Marcotte, declaró que La historia demuestra que los mineros casi siempre se declaran en quiebra y se van antes de que las minas sean recuperadas y cerradas.”» Si las mineras hacen eso en Canadá, imaginate en Río Negro.

Al margen de esto, veamos lo que nuestres canadienses dicen que van a hacer cuando finalice la explotación.

El plan de cierre, que como comenté, demorará 6 años entre cierre y monitoreo, es claro en cuanto a su objetivo de «garantizar la estabilidad a largo plazo de las propiedades físicas y químicas del sitio y devolverlo a su estado anterior a la minería para que se integre con el entorno circundante» (PEAa, p. 140). Lo resaltado es mío, y viene a cuenta de otra cosa que escribí en «DIEZ RAZONES», haciendo referencia a la legislación minera en la provincia de Santa Cruz: «De la lectura del Decreto Reglamentario N° 1494 de la mencionada Ley provincial N° 3751 surgen algunos datos interesantes. En primer lugar, la norma NO obliga a la empresa a restaurar el lugar, es decir dejarlo lo más parecido posible a como lo encontró, sino a rehabilitarlo, es decir, según la definición que da la propia reglamentación, «(procurar que) las áreas que hubieran sido utilizadas o impactadas por los diferentes componentes de las actividades mineras, alcancen estabilidad física, química, hidrológica y biológica; dejando el terreno en condiciones ambientales aceptables para usos posteriores y dando respuesta a todos los grupos de interés externos e internos». (Los resaltados son míos). En este caso, los de la BSK prometen no hacer trampa con eso de las «condiciones aceptables para usos posteriores» (porque bajo este rótulo podría entrar cualquier cosa) y dejar todo como estaba.  

Prometen que «(t)odos los edificios y cimientos serán demolidos y cubiertos para aproximarse lo más posible a la topografía del paisaje anterior a la minería» (no como los de la minera que explotaba fluorita que no demolieron nada) y que rellenarán todo con desechos y rechazos de la LFCPP y revegetarán todas las superficies erosionables expuestas.

Los costos estimados en el PEA para el cierre de la mina de Valcheta ascienden a U$26.8 millones (un poco menos del total de lo que pagaron en concepto de regalías). Esto incluye los costos de remediación del sitio y el relleno final de las canteras (PEAa, p. 127).

La cantidad de material de relleno, lo que la empresa debería remover para tapar las canteras, trepa a 4.200.000 m3 (entre desechos y relleno del rechazo del LFCPP) lo que equivale a un enorme cubo de 160 m de lado. Esa cantidad se descompone de la siguiente forma: roca estéril a trasladar desde la reserva al área de la mina=1.900.000 m3 (a un costo de U$8 millones), y relleno del rechazo del LFCPP a trasladar desde la reserva al área de la mina=2.300.000 m3 (unos U$9,7 millones) (PEAa, p. 128).

El área que promete revegetar BSK es de 230 ha, con un costo de U$2,1 millones (PEAa, p. 128). La revegetación en ambientes semiáridos con plantas nativas es un asunto jodidísimo, dadas las condiciones que limitan el crecimiento normal de las plantas: elevadas amplitudes térmicas, fuertes vientos y sequía (primavera-verano). En algún momento, la provincia de Neuquén obligó a las petroleras a revegetar los sitios degradados con 1.600 plantas por hectárea, de al menos dos especies nativas (Disposición N° 226/11 de la subsecretaría de Medioambiente).[27] Si este mismo estándar se empleara en Ivana, deberíamos pensar en unas 368.000 plantas. Esas plantas nativas, representativas del bioma monte (jarilla, alpataco, zampa, molle, melosa, u otras), deberían ser provistas por viveros locales.

Según una fuente que consulté, se requiere entre 20 y 25 años para que la vegetación nativa implantada alcance los niveles de madurez y reproducción y se mantenga en condiciones sanas y robustas. O sea que, de acuerdo con mi fuente, BSK (o COAM o quien fuere) debería monitorear esas áreas revegetadas durante los 25 años posteriores al cierre de la mina. Pero no, no piensa hacerlo, desde el momento que su plan de cierre contempla un periodo de monitoreo de apenas cinco años.

A propósito del periodo de monitoreo de cinco años, como comenté en DIEZ RAZONES, el Decreto Reglamentario N° 1494 de la Ley provincial N° 3751 de Santa Cruz, establece una etapa post cierre, que incluye los monitoreos, de un mínimo de 10 años para los minerales de primera categoría (las minas de uranio caen en esta categoría[28]). Cinco años es un margen muy exiguo; pensemos en Malargüe y las dudas que sigue planteando el cierre del trabajo de remediación, a siete años de inaugurado el parque «El Mirador».

En el PEA no hay un costo previsto para la rehabilitación de suelos, salvo que esté incluido en algún otro rubro, por ejemplo, el de «Cobertura de suelo para áreas de minas rellenadas y áreas de almacenamiento de desechos de roca», pero andá a saber.

 

¿Cuánto se llevarán?

Difícil saberlo, primero porque, como los autores del PEA reconocen, BSK no ha realizado ningún estudio de mercado detallado (PEAa, p. 118), y segundo porque no estoy seguro de hacer una lectura correcta de los datos volcados en el PEA. De todas formas, cuento lo que entiendo.

En el PEAa, los ingresos durante los primeros cinco años completos de funcionamiento promedian U$146 millones anuales, de los cuales el 97% provienen de las ventas de uranio (145 X 5= U$725 millones los primeros cinco años) (p. 140). No encuentro los datos para los siguientes seis años, pero mirando el cuadrito de la p. 141 titulado «Ingresos anuales por uranio y vanadio», medio a ojo, y redondeando siempre para abajo, cuento no menos de U$530 millones. Le sumo los otros U$725 millones y me da U$1.255 millones.

Si vamos a la tablita de la p. 143 del PEAa, allí se consignan ingresos totales (total revenue) por U$1.234,4 millones en concepto de uranio, y U$38,9 millones en concepto de vanadio: U$1.273,3 millones en total, número que se parece bastante a aquel U$1.255 millones que estimé a partir del cuadrito de la p. 141. (En el PEAo, p. 149, las estimaciones de ingresos en concepto de vanadio son muy superiores: U$90,2 millones.)

Descontando todo los costos, según esta tablita de la p. 143, a les canadienses le quedan limpios U$405,1 millones.

Otro número interesante que aparece en la tablita de la p. 143 es el de las regalías que quedarían en Río Negro. Como dije, son U$30,8 millones o sea U$2,8 millones anuales. (30,8 es en realidad el 2,42%, no el 3%, de aquellos 1273,3.)

Esos U$2,8 millones anuales están muuuuuy lejos de lo que la provincia espera obtener de Calcatreu (oro y plata, en Wawel Niyeo, Patagonia Gold): U$20 millones anuales (durante los 5 años de su vida útil),[29] que a su vez es un poco menos que lo que Veladero (oro, en San Juan, Barrick Gold y Shandong Gold) pagó en 2022: U$21,39 millones (correspondientes al total de su facturación ese año: U$713 millones), y que lo estimado para Josemaría (cobre, oro y plata, San Juan, Lundin Mining) que ronda los U$26,23 millones anuales[30] (durante los 19 años de su vida útil).

 

La frutilla radioactiva del postre extractivista

El plan del gobierno de Río Negro es claro: la Línea Sur debe ser sacrificada a la megaminería. El pretexto es que allí no se puede hacer otra cosa. Pichetto, que no es parte del gobierno, o sí, lo dijo sin medias tintas: «sin minería, la gente de la Línea Sur tiene un destino de pobreza extrema».[31] Weretilneck cree lo mismo, y por eso condenó a Wawel Niyeo al cianuro, y ahora quiere condenar a Valcheta al uranio.

BSK no ve a Valcheta con ojos muy distintos. En el PEA les consultores canadienses escriben: «(e)l clima árido ha convertido a Valcheta en un condado pobre y subdesarrollado con baja densidad de población» (PEAo, p. 19; PEAa. p. 20), sincericidio que reconoce que, como la megaminería no logrará cambiar el clima árido, Valcheta seguirá siendo pobre y subdesarrollada. Quizás Pichetto y Weretilneck matizarían aquí: bueno, son pobres no tanto por el clima sino porque quieren: con la megaminería podrían salir de pobres.

Sin duda, la presencia de una megamina de uranio impactará profundamente la vida, no solo de les valchetenses sino también de les sanantonienses, porque por San Antonio Este (SAE) saldrá al mundo el uranio de Valcheta. Al respecto, el PEA no dice mucho, solo que el proyecto posee, entre sus muchas ventajas, un puerto de aguas profundas (San Antonio Oeste, sic) a 120 km (PEAo, p. 17; PEAa, p. 18). Sin duda, esto sumará más presión ambiental sobre la bahía San Antonio y el golfo San Matías: petróleo crudo, gas natural, hidrógeno y amoníaco verdes (y sus residuos de salmuera), oro y plata de Calcatreu (y el cianuro de sodio con el que Patagonia Gold rociará Lipetrén Grande), y ahora uranio.

El bioeconomista rumano Nicholas Georgescu Roegen (19061994) sostenía que la base de una acción ecologista se basa en minimizar los remordimientos futuros. Que les rionegrines que ven con buenos ojos estos proyectos extractivistas adopten este principio y minimicen el remordimiento futuro por haberla cagado con sus acciones, y que les rionegrines que nos oponemos minimicemos el remordimiento futuro por haberla cagado con nuestras omisiones; de no haber hecho lo que estaba a nuestro alcance para detenerlos.

  


Valcheta dice NO al uranio. Pintada en una de las paredes de las instalaciones de la minera que explotaba fluorita, a la entrada de la ciudad, por la ruta N° 4. 

 

 



[2] Pérez, P. 2015. Futuros y fuentes: las listas de indígenas presos en el campo de concentración de Valcheta, Río Negro (1887). Nuevo Mundo Mundos Nuevos https://journals.openedition.org/nuevomundo/68751#tocto1n4

[8] Primero adquirida por la canadiense Consolidated Uranium,  la que a su vez se la vendió a Iso Energy, y esta luego a Jaguar Uranium.

[13] Kuchling, K., Thorson, J.P., Edwardss, Ch., Davis, B., Embree, K. y Lomas, S. 2019. Preliminary Economic Assesment for the Ivana Uranium-Vanadium Deposit, Amarillo Grande Project. Río Negro Province, Argentina. Blue Sky Uranium Corp. Technical Report NI 43−101. 191pp. https://blueskyuranium.com/assets/docs/AG-Project-Ivana-PEA-FINAL.pdf

[14] Kuchling, P., Davis, B., Lomas, S., Edwards, Ch., y Embree, K. 2024. Preliminary Economic Assesment for the Ivana Uranium-Vanadium Deposit, Amarillo Grande Project. Río Negro Province, Argentina. Blue Sky Uranium Corp. Technical Report NI 43−101. 164pp. https://minedocs.com/26/Amarillo-Grande-PEA-12312023.pdf

[15] Dirección Nacional de Promoción y Economía Minera Subsecretaría de Desarrollo Minero. 2023. Series de Estudio para el desarrollo minero. Exploración en Argentina https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/informe_de_exploracion_en_argentina_2023_1.pdf

[16] Patagonia Gold, 2018. NI 43−101 Technical Report, Mineral Resource Estimate on the Calcatreu Gold-Silver Project, Rio Negro Province, Argentina.  https://minedocs.com/21/Calcatreu-TR-12212018.pdf

[22] El PEA no aclara de qué material estaría hecha esta capa del terraplén «de baja permeabilidad». Solo indica algo que, traducido, sonaría tan feo como esto: material «procedente de fuentes de préstamo local» (sourced from local borrow sources) (PEAo, p. 114; PEAa, p. 112).

[24] Auge, M., Gebhard, J. y Zucchino, B. 2013. Estudio Hidrogeológico de la Región Sur de la provincia de Río Negro con énfasis en acuíferos de medios fisurados. Etapa II. CFI-ARSE. 37pp. 

[25] INTA, 2014. Manejo de los recursos hídricos para propósitos múltiples en áreas de secano del área de influencia de Valcheta, Provincia de Río Negro. 29pp.

Comentarios

Entradas populares de este blog

CINCO PREGUNTAS

MALDITA TRANSICIÓN

PLAYAS DAÑADAS

OTRO VOLANTAZO VERDE DEL GOBIERNO: AHORA EL AMONÍACO

SUSTENTABLE ES OTRA COSA

QUÉ NO NOS DICEN

UNA DE CALCIO Y UNA DE SODIO

EL SACRIFICIO DE ALLEN

FUENTES TURBIAS

¿TIENE FUTURO LA NUCLEOELECTRICIDAD?