CINCO PREGUNTAS
Todes reconocemos el valor de las llamadas «áreas naturales protegidas». En principio esto está bueno, aunque revela algo que no está tan bueno. Revela que nos hemos resignado a la derrota, y que valoramos algo que en realidad es una concesión de quienes ganaron la batalla (o creen haberla ganado): las corporaciones y los gobiernos que las amparan. Me explico: las áreas naturales que no entran en la categoría de «protegidas», quedan «desprotegidas» por definición. Al reconocer el valor de proteger (solo) algunas «áreas naturales», lo que en definitiva hacemos es atenernos a los términos de rendición que nos impusieron los vencedores. Los límites de las «áreas naturales protegidas» son las líneas de cese del fuego consolidadas tras nuestra derrota.
En Río Negro, hoy luchamos para
que, por lo menos, se respeten los términos de esa, nuestra rendición. Tan mal estamos. Nuestras «áreas naturales protegidas» se encuentran amenazadas ante el avance del
extractivismo en sus múltiples variantes, y de los proyectos verdes
corporativos, que no son otra cosa que extractivismo pintado de ese color.
Cuando no es el desarrollo o el progreso es la generación de puestos de
trabajo. Hoy la excusa es la lucha contra el cambio climático y la salvación
del planeta. Cualquiera viene bien si de lo que se trata es de abrochar un
negocio pingüe.
Pero las corporaciones no empujan solas. Son acompañadas por
instituciones a las que el ambiente evidentemente les importa un carajo. Que no
entienden o no quieren entender. Y por una mayoría de la sociedad que mira
impasible como todo se va a la mierda.
Tocaré dos casos puntuales: el Área Natural Protegida Meseta de Somuncura y el Área Natural Protegida Valle Cretácico.
Por supuesto que también están en peligro las Áreas Naturales Protegidas de la
costa atlántica, pero de ellas hablaré en otra oportunidad.
Somuncura
En 2020 analizábamos junto con Yusara Mastrocola la situación del ANP Meseta de Somuncura con relación a la megaminería metalífera.[1] Allí explicábamos cómo, retorcidamente, el plan de manejo del ANP Meseta de Somuncura habilitaba esa modalidad de minería, en línea con las autorizaciones de cateo que la provincia venía dando a empresas como Trendix o Minera Cielo Azul. También contábamos cómo los propios autores del plan de manejo recomendaban al gobierno provincial avanzar en la prohibición de la minería metalífera y la extracción de hidrocarburos en áreas naturales protegidas, cosa que, sobra decir, los sucesivos gobiernos nunca hicieron.
Hoy la necesidad urgente de instalar los parques eólicos que
demanda el megaproyecto de la Multinacional Australiana Fortescue Future
Industries (FFI) (uno, dos, tres, Dios sabe cuántos) hace que el gobierno de
Río Negro se lance de cabeza a modificar ese plan de manejo (deficiente en
muchos aspectos, como comenté más arriba), de manera que las empresas no encuentren
impedimentos ambientales a la hora de salir a buscar financiamiento
internacional. No hay caso: en la cabeza de los sucesivos gobernantes siempre
hubo la sensación de que el ANP Meseta de Somuncura era demasiado grande:
1.600.000 ha, más del doble de grande que el Parque Nacional más grande (Los
Glaciares, en Santa Cruz, con 726.927 ha). Proteger áreas naturales está bien, pero tampoco la
pavada.
Con el sabor de la victoria en la boca tras aprobarse el
pasado 20 de abril el proyecto de Ley que daba vía libre al Poder Ejecutivo para
licitar la concesión de 625.000 ha de tierras fiscales para proyectos
vinculados con la iniciativa de Fortescue, la gobernadora Arabela Carreras
declaró que se cumpliría con los estudios ambientales y las audiencias públicas
correspondientes.[2]
Los estudios de impacto ambiental (EIA) son declaraciones juradas que se prestan a la sarasa (me animo a decir
que pocos EIA pasarían una revisión por pares tranqui) y las audiencias
públicas son no vinculantes. Aun así, son pasos administrativos que deben darse
para que el proyecto avance. También la gobernadora mencionó que haría la
consulta previa a las comunidades de pueblos originarios. Suponiendo que esa
consulta efectivamente se haga, se haría obviamente con posterioridad a la
aprobación del proyecto, lo que constituiría un raro caso de consulta previa a posteriori.
Los impactos de esos parques eólicos sobre el territorio y sus habitantes son tantos y tan claros que no veo cómo un redibujo del plan de manejo podría admitirlos: la sentencia de muerte a los cóndores reintroducidos, la fragmentación del hábitat y la profundización del proceso de desertización que vive la meseta, el desplazamiento obligado de las comunidades rurales, y la destrucción de un área emblemática desde el punto de vista natural y cultural. Nada de esto parece importar mucho si lo que está en juego es el proyecto con el que la gobernadora sueña ser recordada, tal como describió un columnista del Diario Río Negro al proyecto de Hidrógeno Verde de la multinacional australiana.[3]
Valle Cretácico
El ANP Valle
Cretácico se encuentra ubicada enteramente dentro del ejido de Cipolletti. Creada
en 1996 por Ley N° 3.033 nunca contó con
un plan de manejo. Hoy la urgencia manda y las autoridades provinciales se
han lanzado de cabeza a escribir ese bendito plan de una vez. Y es que
hay ciertas cosas que hay que blanquear urgentemente: por ejemplo, el hecho de que
en 2016 se aprobó un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para un parque eólico que
ocupará unas 5.000 ha de tierras fiscales, con unos 91 molinos de 80 y pico de
metros de altura. El desarrollador de ese parque: la empresa estatal INVAP.
Dicho EIA se aprobó por resolución (Res. 946 SAYDS/2016) sin
que el gobierno de ese entonces convocara a una audiencia pública. Se trata del
mismo gobierno. Arabela Carreras no era gobernadora pero era legisladora
provincial oficialista. La ingeniera Dina Migani ya era secretaria de ambiente
(desde 2014 hasta hoy). (Primera pregunta:) ¿Por qué deberíamos creer que
ahora, con Meseta Somuncura, convocarán a una audiencia pública cuando antes,
con Valle Cretácico, no lo hicieron?
Más allá del pequeño detalle de que la audiencia pública del
Parque Eólico Cerro Policía (que en realidad no queda en Cerro Policía sino en
Rentería) no se hizo (va la segunda pregunta), ¿por qué se aprobó el EIA de un
emprendimiento de esa magnitud en un ANP sin un plan de manejo? Un parque
eólico no debería instalarse bajo ninguna circunstancia en un ANP (hasta un
legislador podría entender esto), pero es doblemente grave que se instale en un
ANP que no posee esa herramienta de gestión tan fundamental para garantizar la
preservación como es un plan de manejo.
Ahora bien, ¿debe la autoridad de aplicación (el gobierno) convocar
sí o sí a una audiencia pública en estos casos? ¿Está obligada a hacerlo? (tercera
pregunta). La respuesta es: parece que no.
Si vamos al art. 9 de la Ley N° 3.266 (sancionada el
16/12/98) allí se dice: «La autoridad de aplicación
convocará a audiencia pública cuando
conforme a la reglamentación corresponda, a las personas físicas o
jurídicas, públicas o privadas, estatales o no, potencialmente afectadas por la
realización del proyecto y a las organizaciones no gubernamentales interesadas
en la preservación de los valores ambientales que la presente ley protege.» (Las negritas son mías y este
comentario también: siempre que una norma legal remite a su reglamentación,
hay trampa.)
La reglamentación en realidad no indica nada, pero la ley N°
3.284 (sancionada el 24 de marzo de 1999, a
cuatro meses de sancionada la otra, la 3.266) dice que las audiencias
públicas se deben pedir. Las deben pedir «todos aquéllos que puedan verse afectados o tengan un interés
particular expresen su opinión respecto al tema en cuestión.» (3.284, Art. 3a). Como podrán
imaginarse, no es cosa fácil pedir una audiencia pública: solo pueden hacerlo
(para casos como el que estamos analizando) los ciudadanos que puedan
considerarse afectados por una toma de decisión administrativa, que representen
el diez por ciento (10%) del electorado del circuito donde la medida tendría
sus efectos o del total de la provincia si fuera un acto de alcance general
(Art. 10 d). Todo para pedir una audiencia no vinculante. Una trampa perfecta. (Las negritas son mías.)
Si no le gustan mis
límites, tengo otros
Más allá de lo legal, independientemente de si era o no obligación de la Secretaría de Ambiente provincial convocar a una audiencia pública por el Parque Eólico cipoleño, está claro que todo el proceso se manejó con la más absoluta discreción. Y contra todo sentido común, que indica que el proyecto nunca debió haberse aprobado sin que el ANP contara con su plan de manejo.
Insisto, este repentino interés por las ANP por parte del gobierno provincial no obedece a un arrebato de amor por los ecosistemas, sino a la necesidad de blanquear situaciones incómodas. Ya mencioné la razón con Somuncura; en el caso del ANP Valle Cretácico la razón es la misma: permitir la instalación de los molinos en el área o bien acotar los límites provisorios del área establecidos por Ley para que los molinos queden afuera. En efecto, la Ley N° 3.033/96 establece en su artículo N° 2 que los límites indicados allí no son definitivos, y que estos deben establecerse en el plan de manejo.
Como ese plan de manejo nunca se realizó (se inició pero no se completó, por razones que nunca fueron aclaradas), en diciembre de 2005 hubo un decreto, el N° 1.864 (Boletín Oficial 4392 del 9 de marzo de 2006, p. 4), estableciendo nuevos límites (si bien también provisorios) para el ANP. Las razones que fundamentaron esa modificación fueron de orden técnico, según se indica en el decreto, aunque seguramente también pesó el hecho de que los límites originales del ANP dejaban afuera a El Anfiteatro, de lo más hermoso que tenemos en nuestro ejido municipal, declarado Monumento Natural por Ley N° 4.005/05.
Chau Postal
Dentro del ANP, el Monumento Natural El Anfiteatro se vería severamente
impactado de instalarse ese parque eólico. Más allá de los impactos físicos, el
mayor impacto se produciría sobre el paisaje (junto con Los Gigantes, sobre la
costa del embalse Ezequiel Ramos Mexía, la de El Anfiteatro es sin duda la postal
más emblemática de la Margen Sur de Cipolletti). La consultora Ezcurra y
Schmidt S.A., que realizó el EIA del
parque a solicitud de INVAP, informa en la p. 36 de ese documento: «Las
visuales en la zona son sumamente extensas, y el sitio de proyecto se encuentra
emplazado a unos 30 km del centro poblado más cercano (Villa El Chocón), por lo
tanto el impacto a la calidad escénica se encuentra bastante atenuado.» O sea, como los molinos no se van
a ver desde Chocón (cosa que, por otra parte, dudo), métanle nomás. Lo que
no informa el EIA es que desde El Anfiteatro cipoleño, repito, designado
Monumento Natural por Ley N° 4.005/05, los molinos se verán claramente sobre el
borde de la meseta. Una pena, ya que el mismo EIA destaca el valor de la
calidad escénica, pero pasa por alto El Anfiteatro, pequeño detalle.
Plan de manejo a
posteriori y alla carta
Sigo con el EIA del
Parque Eólico Cerro Policía, p. 64: «En este contexto, es necesario que
INVAP SE acuerde una vía de comunicación con la Municipalidad de Cipolletti
para que, llegado el momento del desarrollo del plan de manejo, se consideren
las necesidades del proyecto, y eventualmente, se consensúen medidas de gestión
que permitan una convivencia sana entre las actividades previstas por INVAP y
los objetivos del plan de manejo a definir.» El mundo al revés: primero se crea el área protegida; después se
proyecta un parque eólico dentro de sus límites, y por último se hace el Plan
de Manejo, acomodando todo ese plan de manejo a la existencia del parque. ¿No
podemos hacer las cosas bien, como corresponden, al menos una vez, LPM?*
Parece que no. Y es que los negocios siempre son los que marcan los tiempos. El EIA es de febrero de 2016 y la resolución tiene fecha del 22 de agosto. El 30 de agosto la empresa estatal Eólica Rionegrina firmó un acuerdo con Corporación América (Grupo Eurnekian) para presentarse a la primera ronda de la licitación del Programa RenovAr.[4] Supuestamente, los pliegos se presentaron el lunes 5 de setiembre. Finalmente el proyecto no fue seleccionado, pero es claro que el EIA era necesario a los fines de esa licitación. (He aquí una posible respuesta a mi segunda pregunta.)
*Adenda: no solo no podemos sino que, según parece, hacemos las cosas cada vez peor. Confirmando todo lo malo que en materia de hidrógeno verde ha venido haciendo el gobierno de JsRN, en mayo de 2023 el Ejecutivo ha cedido a la empresa Fortescue el Parque Eólico de Cerro Policía, que hasta ahora pertenecía al Estado provincial. Río Negro
1996, 2005, 2016. Eran años cuando el Hidrógeno Verde todavía no era el combustible que iba a salvar al mundo y a sacar a la provincia del atraso económico y la postergación. Hoy la fiebre del Hidrógeno Verde ha vuelto la mirada hacia las Áreas Naturales Protegidas. Claro, es allí donde mejor podrán ubicarse las infraestructuras que esos proyectos demandan: parques eólicos, electrolizadores, agua abundante, etc.
Es conocido el interés de la multinacional australiana del
hierro Fortescue por instalar sus parques eólicos en el ANP Meseta de Somuncura (ya comenté
esto más arriba). Menos se ha hablado del interés puesto por la provincia en el
ANP Valle Cretácico. De hecho, el proyecto del Instituto Fraunhofer de Alemania
incorporado al Plan Estratégico Hidrógeno Verde Río Negro en agosto de 2021 (¡qué
lejos parece hoy esa fecha!), contaba con el mencionado parque eólico Cerro
Policía para generar la electricidad necesaria para abastecer un electrolizador
que iba a instalarse en El Chocón (suponemos que del lado rionegrino). Evidentemente,
a los del Fraunhofer no les dijeron que allí había un ANP. O les dijeron pero
los teutones confiaron en que eso no sería un impedimento.
La alianza estratégica con los alemanes duró hasta que
aparecieron los australianos (un mes y medio, más o menos; se ve que tan estratégica no era). Pero seguramente los alemanes volverán a la carga cuando desistan
los australianos.
Renovables sí, pero
no así
¿Así cómo? (cuarta pregunta) Así: a lo bestia, atropellando
a todo el mundo y para generar enormes cantidades de energía para favorecer a las empresas
y países responsables de haber puesto a nuestra especie al borde de la
extinción. Renovables sí pero tras un cambio total del sistema energético. Renovables
dentro de un sistema que no vea a la energía simplemente como una mercancía. Un
sistema descentralizado y desconcentrado, más democrático. Un sistema
energético que no requiera de la destrucción permanente de los ecosistemas y no
implique el despoblamiento rural y la aceleración del proceso de desertización. Claro,
pero para ir hacia ese sistema deberíamos cambiarlo todo y, lamentablemente,
sigue habiendo una mayoría de gente a la que no le interesa cambiar nada. Esa
misma gente que ve impasible cómo se avanza sobre lo poquito que nos dejaban
los términos de nuestra rendición (Quinta y última pregunta:) ¿No haremos nada
al respecto?
[1] http://noqueremosinundarnos.blogspot.com/2020/02/mineria-de-uranio-en-el-area-natural.html
[2] https://www.rionegro.com.ar/politica/hidrogeno-verde-habra-consulta-a-los-pueblos-directamente-afectados-2255486/
[3] https://www.rionegro.com.ar/opinion/la-peor-semana-de-arabela-carreras-2298461/
[4] https://www.telam.com.ar/notas/201608/161050-energia-eolica-rio-negro.html/
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