EL CAPITALISMO VERDE Y EL CAPITALISMO NEGRO SE MUESTRAN LOS DIENTES EN PLAYAS DORADAS

 


Andrew «Twiggy» Forrest tenía un sueño: plasmar su Utopía Verde en Playas Doradas .

Había soñado salvar el planeta desarrollando en ese rincón de la costa rionegrina su faraónico proyecto de producción de hidrógeno y amoníaco verdes. Para ello, para salvar el planeta, los gobiernos provincial y nacional le habían cedido una zona franca de más de 600 ha, sin molestos aranceles y con un montón de regalos impositivos. El magnate australiano debía instalar allí su planta desaladora con el potencial de volcar al Golfo San Matías unas 339.840 m³ de salmuera por día,[1] sus electrolizadores PEM fabricados íntegramente en su planta de Glandstone (Queensland, Australia), su planta de producción de amoniaco, y disponer del lugar que más le gustara para construir su propio puerto de aguas profundas.

Previamente, Twiggy había logrado convencer al presidente Fernández y a la gobernadora Carreras (lo que no le resultó muy difícil) y que la legislatura rionegrina declarara, en abril de 2022, el interés público provincial de su proyecto, afectando al mismo unas 625.000 ha para la instalación de sus parques eólicos, necesarios para generar la electricidad para que sus electrolizadores de Gladstone hagan su trabajo, separando el preciado hidrógeno de la molécula del agua desalinizada. Twiggy veía ante sí una oportunidad única: la de torcerles el brazo a sus acérrimos enemigos corporativos, las compañías petroleras, y así poder hacerse de dos negocios fundamentales, el energético y el de los fertilizantes, a caballito de la catástrofe ecológica mundial. Obvio que nunca se le cruzó por la cabeza abandonar su principal contribución a la humanidad: la megaminería.

Pero el magnate australiano no contaba con que esos mismos legisladores que le habían levantado la mano en abril, cuatro meses más tarde la iban a levantar otra vez, esta vez para permitir la instalación, exactamente en ese mismo lugar, de una terminal portuaria de crudo. Petróleo e Hidrógeno Verde bien juntos los dos, como reza el himno de la provincia. What the hell is wrong with these guys?

Y es que el escribano Pablo González, CEO de YPF, la otrora empresa petrolera estatal, deseoso de conseguir que su empresa duplique sus exportaciones en los próximos cinco años[2] y eleve en 2,5 veces su capacidad de evacuación desde Vaca Muerta hacia el 2030,[3] había pactado con los gerentes de la provincia (o sea con Alberto Weretilneck) la salida de su crudo por el golfo, y la canchita donde jugaba Twiggy le parecía el mejor lugar.

Fue así que YPF operó para que el senador Alberto Weretilneck convenciera a sus legisladores de esta otra levantada de manos (lo que tampoco le resultó difícil), en un sentido claramente contrario a la levantada de la otra vez (Al menos en lo discursivo. Bah, eso si uno lo mira desde el punto de vista del cuidado del ambiente, porque si uno lo mira desde el punto de vista de los negocios, de cómo sumar morlacos sin importar el cómo, todo les viene bien.) La levantada de manos de los legisladores implicó dar por tierra una lucha de años de los vecinos de San Antonio Oeste y Las Grutas, quienes en 1995 lograron, con mucha militancia y a pulmón, ponerle un freno a YPF, y luego prohibir la exploración, extracción y transporte de hidrocarburos en la zona del golfo San Matías (Ley 3308).[4] Al levantar sus manos (o apretar un botón, da lo mismo), los legisladores se cagaron en todo eso, modificando la normativa para permitir el transporte de crudo. YPF lo pide, los legisladores se lo dan.

Decía que los de YPF lo fueron a ver a AW porque la gobernadora Carreras mucha bola no les dio, según les contó a los propios el escribano González. Seguramente ese desplante de Arabela no tuvo que ver con su perfil verde (fingido, ya que nunca dejó de hablar bien del gas y del petróleo, sobre todo en ámbitos petroleros); simplemente no habrá visto con buenos ojos que AW haya ofrecido sacar el crudo justo por donde ya estaba instalado Twiggy. Seguramente le habrá parecido una jugada sucia de los petroleros y su lobista principal.

Los bochornosos encontronazos entre Arabela y AW por este tema no son nuevos. Ya hablé de alguno de ellos en otro post.[5]

Hablemos del proyecto de YPF.

Básicamente es tirar un caño de 700 km de los cuales 635 pasarían por Río Negro[6]; desde Vaca Muerta atravesando toda la provincia para sacar el crudo por Playas Doradas, cruzando el río Negro a la altura de Conesa.[7] En Playas Doradas los petroleros prevén instalar unos 20 de tanques de depósito de crudo, pegaditos a la canchita libre de impuestos de Twiggy, y dos monoboyas a 6.7 km de la costa,[8] en un punto muy próximo a un sitio de cría de merluza común, considerado un área de veda.[9]

Es claro que tarde o temprano ocurrirá un derrame de petróleo. Los derrames no son accidentales. O mejor dicho, son accidentes inevitables. O es inevitable que ocurran accidentes. Tarde o temprano sucederá el primero. Sobran los ejemplos.   

A nivel internacional, está el derrame en el sur de California en 2021.[10] O el ocurrido a principios de 2022 en Perú, durante el proceso de descarga de crudo de un buque, contaminando más de 700 ha de mar y afectando dos áreas naturales protegidas.[11], [12] O el que ocurrió en mayo de 2022 en Emiratos Árabes, que obligó a las autoridades a cerrar varias playas,[13]  aquellas mismas playas que merecieron el siguiente comentario por parte del Intendente de Sierra Grande Renzo Tamburrini: «Proyectos como éste (el del ducto petrolero) pueden coexistir sin problemas con actividades como la pesca y el turismo. Lugares como Dubai o Abu Dhabi (Emiratos Árabes) tienen las playas más cotizadas y están linderas a las áreas de salida del 70% del petróleo del mundo. Vos te estás bañando (se ve que fue) y ves cómo salen los buques tanque.»[14]  El tema es que tampoco en Abu Dhabi los derrames eran desconocidos en mayo 2022. Está aquél de 1998, cuando un barco cargado de diésel se hundió volcando al Golfo Pérsico unas 4.000 toneladas de fluido.[15] Y tampoco este fue el primero en Emiratos Árabes, hubo otro en 1994, cuando dos barcos supertanque chocaron frente a la costa de Fujairah y derramaron unas 16.000 toneladas de crudo.[16] En fin, podríamos estar horas y horas googleando y reuniendo ejemplos para demostrarle al intendente Tamburrini que en Emiratos Árabes los accidentes ocurren, más allá que él no haya visto ninguno, los 10 o 15 días que estuvo (si es que estuvo).

Tampoco hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos de este tipo. En nuestro país hay a montones, e YPF, la empresa que ahora piensa pasearse por el Golfo San Matías, es responsable de muchos de ellos.

Por ejemplo, el derrame de YPF en Rincón de los Sauces en mayo de 1997, caracterizado como muy importante por los trabajadores de la empresa, y minimizado por las autoridades de la empresa y la municipalidad.[17]

O el choque de un buque petrolero de la empresa Shell y otro buque en enero de 1999, que produjo un verdadero desastre ambiental en las costas del río de la Plata a la altura de Magdalena.[18]

O aquel otro de 2007 en Caleta Cordova, Comodoro Rivadavia, cuando se derramaron 300 m3 de crudo en circunstancias en que un buque petrolero realizaba operaciones en una monoboya.[19]

O los derrames de YPF y Petrobras en la zona de Rincón de los Sauces en enero de 2013, que llegaron hasta el río Colorado.[20] O los derrames sucesivos en Plaza Huincul y otro en Las Lomitas, ese mismo año, ese mismo mes. O el de marzo de 2013, otra vez en Rincón de los Sauces.[21] En varios de esos derrames estuvo implicado YPF.[22]

Y sigo.

O el derrame de 192 m3 de petróleo en Cerro Dragón, Chubut, en setiembre de 2016, por parte de Panamerican Energy, también debido a la rotura de un caño.[23]

O el sucedido en octubre de 2018 a 11 km de Añelo, que afectó entre 40 y 80 hectáreas,[24] y que dio pie a que el gobierno de Neuquén multara a YPF con 33 millones de pesos.[25]

O el ocurrido también en 2018, en una planta chilena de petróleo operada por YPF, que derramó 720 mil litros de petróleo en 6000 metros cuadrados cerca de Argentina.[26]

O lo de 2019, cuando se produjo un derrame por una rotura de un caño, otra vez en Comodoro Rivadavia, otra vez YPF, que no llegó al mar de casualidad.[27]

O lo sucedido con el buque petrolero de Pdvsa a punto de hundirse en 2020 frente a las costas entre Venezuela y Trinidad y Tobago, con 200 millones de litros de crudo, poniendo en jaque a los ecosistemas.[28] (Finalmente el crudo de este barco fue recuperado en 2021.[29])

O lo de Catriel, si de caños hablamos, la rotura de uno a fines de 2021.[30] Un caño de Oldeval, la empresa encargada de llevar el petróleo de Neuquén y Río Negro hasta Puerto Rosales, en Punta Alta.

Y así podríamos estar días.

 

¿No era que íbamos a salvar el planeta?

Parece que la petrolera, en un informe a los legisladores propios, les dijo a estos que el proyecto del oleoducto no tenía interferencia con el proyecto de hidrógeno verde.[31] Lo que no sabemos es qué dicen los de Fortescue al respecto. ¿Qué onda Forrest con tener de vecinos a los petroleros?

Seguramente no le hace ninguna gracia. Más allá del odio visceral que Forrest les tiene a los petroleros, la presencia petrolera en su misma canchita sin duda le jode. Le jode el negocio quiero decir. Por caso, si llegara a producirse un derrame de crudo (o sea: cuando se produzca un derrame de crudo), Twiggy debería cerrar temporariamente su planta desaladora. Sin ser un ingeniero, entiendo que esa agua marina empetrolada no podría procesarse para su desalinización, aun cuando su destino no sea el de consumo humano.

Por otra parte, hay claros indicios de un malestar de las huestes australianas. La foto que fueron a sacarse con el intendente Gustavo Sastre de Puerto Madryn, unos días antes del levantamiento de manos de los legisladores a favor del proyecto del escribano González, es todo un documento. Una foto que habla por sí sola: ojo no se hagan los locos que nos vamos a la mierda.

De hecho, los de Fortescue ya se estaban yendo a otra parte, al reorientar la instalación de sus parques eólicos, del Área Natural Protegida Macizo de Somuncura a sus campos en el norte de Chubut, por el quilombo que se les armó con las comunidades de pueblos originarios y las organizaciones ambientalistas.[32]

Claramente, la excursión a Madryn fue un movimiento estudiado. De hecho, suscitó muuuuucho ruido de este lado del paralelo 42, tanto que. de vuelta de Madryn, los canguros verdes tuvieron que hacer un alto en Sierra Grande para aclarar que no se iban. [33], [34]

¿Qué hará Twiggy Forrest? ¿Dónde ira a tirar sus miles de toneladas de salmuera? ¿Desde dónde hará pie para contribuir a la salvación del planeta?

No sé ni me interesa. Lo que sí es claro es lo que nosotres deberíamos hacer: organizarnos para ver, entre todes, cómo frenamos a esta gente para que no mate al Golfo San Matías, con salmuera, amoníaco y/o petróleo.



[1] Hacia 2038, la empresa pretende alcanzar una capacidad de tratamiento de agua marina de 566.400 m³ por día. De ese volumen, solo un 40% se convertirá en agua desalinizada. El resto es salmuera que se arroja al mar.

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