GANARLE AL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL ESCRITORIO

 

Autoridades de la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de Río Negro en la presentación del Plan Provincial de Respuesta al Cambio Climático 2022-2030, en febrero de 2023.


Río Negro tiene un plan. Con estas palabras de Arabela Carreras, abre el Plan Provincial de Respuesta al Cambio Climático Río Negro 2022-2030 (PRCCRN),[1] presentado en febrero de 2023 (arrancamos comiéndonos un año).[2]

Planes provinciales de este tipo están previstos en la Ley Nacional N°27.520/20 (Ley de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global). En el caso de Río Negro, el PRCCRN fue elaborado junto con la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC), una coalición de más de 270 municipios y comunas de Argentina, y las infaltables consultoras.

El PRCCRN, en línea con el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación,[3] parte de un diagnóstico correcto: las cosas están muy mal e irán a peor. El cambio climático ya está aquí, y es inevitable que se profundice. Las medidas de adaptación previstas en estos planes parten del reconocimiento de que el cambio climático es real e irreversible en el corto y mediano plazo. Las medidas de mitigación, que buscan disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), apuntan a que la crisis no arrastre a nuestra especie a la extinción. Como comenté en un posteo anterior, al partido del cambio climático lo tenemos definitivamente perdido, pero la diferencia de gol importa: no es lo mismo perder por dos goles que por tres o por cuatro (no es lo mismo pasarnos por dos grados que por tres o por cuatro).[4]

Al igual que el Plan nacional, el PRCCRN comprende medidas de mitigación, de adaptación y metas con miras al 2030. Las medidas de mitigación apuntan principalmente (por no decir exclusivamente) a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) vía un aumento de la eficiencia. Dato de trascendental importancia: en ningún lugar del documento se habla de abandonar los combustibles fósiles (su explotación o consumo).

El aumento de la eficiencia energética es deseable, pero como acción aislada tiene patas cortas. Cobra sentido climático sólo si es acompañada de una reducción del consumo total y de un reparto justo de los recursos. De otro modo, si no hay reducción total y reparto justo, podríamos pensar que el interés del gobierno en que mejoremos nuestra eficiencia energética esconde el propósito de aumentar las cuotas de exportación de las compañías energéticas, e incrementar sus (ya jugosos) márgenes de ganancia.

Esto sin mencionar la llamada paradoja de Jevons, de la que ya hable en otro posteo,[5] que plantea que el aumento de la eficiencia suele redundar, paradójicamente, en un aumento del consumo (que se come lo ahorrado en eficiencia).

¿En qué valores piensa reducir sus emisiones de GEI la provincia de Río Negro? Uno podría suponer que se hizo un cálculo exhaustivo de las posibilidades de la provincia: cuánto es posible reducir vía decrecimiento, cuánto vía aumento de la eficiencia, cuánto vía eliminación de los basurales a cielo abierto, cuánto vía un mejoramiento de la gestión, y que de ahí salió un número. Nada de eso. Lo que hizo la provincia fue no comprometerse a reducir ni un pelo más de lo comprometido por Nación en su segunda Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) actualizada en octubre de 2021.[6] Reconociendo emisiones de 5,71 MtCO2e para 2021 (millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente), Río Negro se compromete a no exceder la emisión neta de 5,44 MtCO2e para 2030 (PRCCRN, p. 77). En este sentido, las metas de Río Negro son proporcionalmente un calco de las metas nacionales, esto es, reducir en poco menos de un 5% sus emisiones (insisto: vía un montón de cosas importantes excepto una cosa fundamental: el progresivo abandono de los combustibles fósiles).

Una vez establecido ese 5% abajo, el PRCCRN detalla toda una serie de acciones, sin precisar cómo se implementarían.

Un primer punto a objetar: el documento provincial (al igual que el nacional) no reconoce la crisis energética global y parte del supuesto de que dispondremos de combustibles fósiles en abundancia (sobre todo de gasoil) y a un costo asequible al menos hasta 2030, de modo que no habrá problemas en montar toda la infraestructura y realizar todas las tareas de mantenimiento que el PRCCRN contempla. (Sobre la crisis energética ya hablé en otro posteo.[7])

Las medidas de mitigación son divididas en sectores. En el sector Energía Estacionaria (se refiere al uso de energía en edificios e instalaciones, p. 78), las medidas son las siguientes: mejoramiento de la eficiencia en edificios públicos; certificación o etiquetado de la eficiencia energética en viviendas particulares; recambio de luminarias en la vía pública, lo cual requiere del compromiso de los municipios; soluciones a problemas concretos basadas en energías renovables en sectores económicos clave y en sectores vulnerables; fomento de las energías híbridas y renovables en parajes; asistencia técnica a las empresas grandes consumidoras para aumentar la eficiencia y lograr una reducción del consumo eléctrico; reglamentación de la ley de generación distribuida; proyecto de ley de ahorro y eficiencia energética; fomento de compras públicas sustentables; capacitaciones, planes educativos, y campañas de concientización; disminución de emisiones fugitivas de gas natural en los gasoductos, reinyección del venteo de CO2, etc.; uso de termotanques y calefones eficientes; y….. cha chan cha chaaaaan: hidrógeno verde (suponiendo que de acá al 2030 la producción de hidrógeno verde contribuirá a la mitigación provincial de GEI: avísenle a Fortescue, porque su plan es exportar todo).

En el sector transporte las medidas son igualmente de escritorio: promoción de la movilidad sostenible para el transporte de cargas y pasajeros; promoción de la movilidad sostenible a partir de proyectos de senderos, paseos peatonales, bicisendas y ciclovías; renovación de la flota de vehículos públicos (hasta un 30% para 2030); promoción de la renovación de vehículos livianos; difusión e implementación de medidas de ecodriving; promoción de la eficiencia energética en el transporte marítimo; impulso de una ley de movilidad sustentable; promoción de la instalación de puntos de carga de energía para electromovilidad*; jerarquización de los servicios ferroviarios de transporte de pasajeros.

*Raro que no promueva la instalación de estaciones de hidrógeno o hidrogeneras; digo, para ser coherentes con aquello de que el hidrógeno es el combustible del futuro.

Siguiendo con las medidas de mitigación, ahora para el sector residuos: fortalecimiento de la gestión adecuada de residuos reciclables; producción de energía a partir del biogás generado por los rellenos sanitarios y plantas de tratamiento cloacales; erradicación de basurales a cielo abierto; fomento de tratamientos alternativos de efluentes industriales y de producción primaria; promoción de la investigación para el reaprovechamiento de residuos; promoción del aprovechamiento energético de los residuos forestales; impulso a proyectos de economía circular; extensión de redes cloacales y construcción de plantas de tratamiento de efluentes.

Sector agricultura, silvicultura y cambios en el uso del suelo: fortalecimiento del plan de prevención y combate de incendios; promoción del crecimiento de especies arbóreas a través del aprovechamiento sostenible de las plantaciones y bosques nativos; manejo de residuos forestales con aprovechamiento energético y/o para evitar incendios; realización y/o actualización de los Planes de Manejo de Áreas Naturales Protegidas (ANP); promoción de la ganadería libre de deforestación; fortalecimiento de prácticas de manejo adaptativo orientadas a la evaluación forrajera y manejo de la hacienda sobre pasturas naturales; generación de información con perspectiva climática para el manejo de sistemas de humedales; manejo sostenible de pasturas; manejo en la dieta de los animales; aumento en la productividad de pasturas; programa de fomento y desarrollo de la ganadería holística-regenerativa-adaptativa en zonas de secano en la región sur; desarrollo de biodigestores en feedlots a partir de los desechos animales.*

* Es decir que ni sueñen con erradicar los feedlots.

Hasta aquí las medidas de mitigación por sector. Veamos ahora con qué herramientas cuenta actualmente la provincia para la adaptación, siempre según el PRCCRN (pp. 183-184): plan de elaboración del inventario de humedales; plan de forestación y reparto de árboles a municipios, enmarcado en la necesidad de recuperar espacios verdes y arbolado urbano en diferentes municipios priorizando las especies nativas; elaboración de plan de manejo costero integrado orientado a ordenar y poner en perspectiva la información económica, social y ambiental de la zona costera de la provincia como contribución al proceso de desarrollo e implementación de la estrategia federal de manejo costero integrado y su articulación con la planificación marina espacial de la zona marina atlántica y del río de la Plata; elaboración y actualización de planes de manejo de todas las área naturales protegidas provinciales que no lo poseen y actualización de aquellos que ya se encuentran desarrollados; proyecto de gestión integral de residuos sólidos urbanos para la meseta centro sur con la utilización del tren para la logística, para el Alto Valle y para el Valle Medio; plan de erradicación de equipamiento contaminado con PCB con el objeto de que la provincia esté libre de este residuo peligroso; apoyo a la mejora de la gestión ambiental en la región metropolitana de la confluencia generando instrumentos interjurisdiccionales comunes de gestión socio ambiental ante riesgos ambientales en esta región; creación del servicio de prevención y lucha contra incendios forestales en 1987 con el objetivo de protección de la masa forestal que cumple un rol esencial en la regulación de cuencas hídricas y en la provisión de múltiples bienes y servicios ecosistémicos; desarrollo del programa Juntos por el Agua el cual tiene como fin principal generar conciencia colectiva sobre la importancia del cuidado del agua por parte de todos los actores de la cadena productiva bajo riego; adhesión a la nueva reglamentación vigente en lo referido a la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas en Fruticultura y Agricultura; asistencia del Ente Compensador de Granizo dirigido a productores que hayan sido afectados por el evento climático en la última temporada frutícola de la provincia de Río Negro; desarrollo del Plan Director de Desagües Cloacales de Choele Choel con el objetivo de no volcar más residuos cloacales crudos al río, aprovechando al máximo los recursos del agua; desarrollo del Plan Castello que tiene como fin obras de saneamiento de aguas residuales con vuelco cero y reuso de estas para aguas para riego de árboles.*

* Plan Castello: crédito por más de 300 millones de dólares tomado por la provincia durante la gestión de Alberto Weretilneck, y que la actual gobernadora Arabela Carreras admite que no puede pagar.[8]

El PRCCRN reconoce una serie de factores que apoyan o desafían la capacidad de adaptación (pp. 185-186). Entre los que desafían están estos: deficiencia en el servicio de red cloacal; altos niveles de pobreza a nivel provincial; urbanización rápida en cercanía de nuevas actividades como minería y actividad petrolera; deficiencia en la accesibilidad a los modelos participativos por parte de la comunidad.*

* Pregunta: si admiten esta deficiencia, ¿cómo han podido habilitar y promover la megaminería, afectar 625.000 ha del Área Natural Protegida Meseta de Somuncura al proyecto de hidrógeno verde de Fortescue Future Industries, modificar la Ley N° 3.308 abriendo el Golfo San Matías a las petroleras, y un montón de cosas más?

Por su parte, entre los factores positivos, es decir aquellos que apoyan la capacidad de adaptación de la sociedad rionegrina, se encuentran (intenten no reírse): acceso a la educación de la mayoría de la población; sistema de salud abarcando toda la provincia; acceso de la mayoría de la población a alimentos y agua potable, en comparación con otras regiones del país (y sí, siempre se puede estar peor); una tendencia a la disminución de la desocupación; una mayoría de la población con acceso a la vivienda; diversidad económica; equipo de protección civil activo y en crecimiento; y, como remate, una perlita que transcribo en su totalidad: “capacidad gubernamental: se vislumbra el compromiso político de la provincia en la promulgación de la ley de Cambio Climático, siendo pionera en esta temática. Además, se institucionalizó mediante la creación de la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático la acción climática frente a las consecuencias que tiene este fenómeno.” (¿Pudieron aguantar la risa?)

Ahora sí, las metas de adaptación para el 2030 (PRCCRN, p 187 en adelante): reducir en un 50% el número de personas afectadas frente a diversos eventos climáticos como inundaciones, incendios, temperaturas extremas y enfermedades infecciosas; lograr que el 95% de la población tenga acceso a agua potable y red cloacal; incrementar en un 30% el desarrollo y/o mantenimiento de calzadas y rutas provinciales, puentes y toda infraestructura susceptible de amenazas climáticas; incrementar en un 50% la capacitación de la población y de la administración pública en problemáticas ambientales y los efectos de los mismos; incrementar en un 40% el número de productores que tengan acceso a tecnologías de protección a amenazas climáticas así como también el número de investigaciones destinadas a este fin; fortalecer las acciones de conservación de la naturaleza en al menos 30% de las áreas naturales protegidas de la provincia;* incrementar en un 50% el número de localidades que cuentan con un inventario de arbolado urbano para mejorar la temperatura en las ciudades, disminuyendo los efectos de las islas de calor; incrementar el número de investigaciones sobre alteraciones de los sistemas ecológicos en el contexto del cambio climático; gestionar al menos 3 programas GIIRSU (Gestión Integral e Inclusiva de Residuos Sólidos Urbanos) en la provincia con instalaciones edilicias para recupero de residuos adaptadas a eventos climáticos.

* Es decir que en 20 años no piensa fortalecer las acciones en el 70% de las áreas naturales protegidas.

Hasta aquí las metas, ahora las medidas de adaptación (PRCCRN, p. 187 en adelante). La enumeración de las medidas es organizada en distintos sectores.

El primero es el de respuestas a emergencias climáticas y concientización. Las medidas para este sector son estas (a partir de la página 188): implementación y mejoramiento de los sistemas de alerta temprana, capacitaciones a la sociedad; elaboración de planes para garantizar la recolección de residuos en lugares donde se acumula nieve; equipamiento y provisión de vestimenta para operarios que trabajen en recolección o en plantas de residuos; limitación del trabajo de los operarios de la construcción frente a temporales, lluvias, nevadas, etc.; promoción y financiamiento del turismo sustentable; promoción de regulaciones que amparen los costos de pólizas por pérdidas ocasionadas por eventos climáticos extremos; desarrollo de estudios de calidad de agua en plantas de tratamiento, de potabilización y en cursos de agua naturales; planificación de posibles rutas de emergencia; talleres y capacitaciones para desastres (el único que figura en fase de implementación, todos los demás se encuentran en fase de proyecto); traslado de asentamientos en laderas montañosas o zonas de bardas; incorporación en la currícula escolar del tema del cambio climático; creación de vacantes en el sistema de salud para hacer frente a desastres naturales; relevamiento de necesidades en establecimiento de salud en cuanto a instrumentación, tecnologías, y equipos; mapeo de asentamientos urbanos sensibles a ser afectados por eventos climáticos extremos, como desmoronamientos, aluviones, etc.;  en base a esos mapas, prohibición de asentamientos en esos lugares; elaboración de un plan de acción frente a la disminución de los cursos de agua que abastecen centrales hidroeléctricas; aumento de unidades móviles de emergencia en el territorio;  búsqueda de financiación para el saneamiento de basurales a cielo abierto.

El segundo sector, que corresponde a las medidas para el sector agropecuario y minero, incluye (PRCCRN, a partir de la p. 191): mejoramiento tecnológico para cultivos poco resistentes a cambios de temperatura extremos y granizo; financiamiento para producción agrícola ganadera en cuanto a maquinaria y equipamientos, en casos en que estos se vean afectados por eventos imprevistos; investigación en cultivos resistentes a plagas; capacitaciones a pequeños productores; mejoramiento de los sistemas de riego y repositorios de agua; mantenimiento y mejoramiento de cortinas forestales rurales para paliar el efecto de los vientos fuertes; financiamiento a pequeños y medianos productores de salicáceas que hayan sufrido pérdidas por eventos climáticos extremos; reconsideración de nuevos permisos de pesca para evitar tasas de crecimiento negativas en especies ictícolas como consecuencia de eventos climáticos que perjudiquen la fauna marítima; financiamiento a pequeños pescadores por la pérdida de embarcaciones por eventos climáticos extremos; otorgamiento de créditos a empresas mineras que hayan perdido maquinaria por eventos climáticos extremos o que hayan sufrido pérdidas por inoperatividad; prácticas de manejo sustentable que reduzcan el impacto de la desertificación por erosión eólica.

El tercer sector es el de acciones sobre la biodiversidad. Aquí tenemos: reforestación de especies autóctonas y especies resistentes a los cambios extremos de clima, sobre todo en el sector sur de la provincia; mecanismos de monitoreo y control en los sistemas de agua dulce; investigación para establecer cuáles son los sitios para el desarrollo de corredores biológicos entre las áreas naturales protegidas; estudios técnicos para mejorar las medidas de conservación en las áreas naturales protegidas,* implementación de cortinas forestales en centros urbanos; plantación de especies nativas en aquellos sectores de bosques que hayan sufrido incendios.

* No es claro en esta parte del documento, pero en la p. 210, en la parte del PRCCRN correspondiente a “indicadores de monitoreo”, se propone para este punto “cantidad de nuevas áreas protegidas provinciales inauguradas”. De esta manera, queda claro que, para el gobierno provincial, es necesaria la creación de nuevas áreas naturales protegidas “en cantidad”.

En cuanto a la protección y adaptación de infraestructuras (sector cuarto) las acciones a tomar son (PRCCRN, a partir de la p. 198): mantenimiento y mejora en las redes de drenaje urbanas; aumento de la capacidad de servicio de distribución eléctrica; realización de planes preventivos de mantenimiento para la protección de la infraestructura de distribución eléctrica; reglamentación y promoción del tendido eléctrico subterráneo en áreas densamente pobladas; proyección de la instalación de retardadores pluviales; desarrollo de infraestructura de galpones y establecimientos para el tratado diferencial de residuos orgánicos; ampliación de los hospitales provinciales; desarrollo de normativas que establezcan como obligatorios los criterios de sustentabilidad ambiental y protección ante eventos climáticos extremos en obras de construcción tanto públicas como privadas; mejoramiento y mantenimiento de rutas provinciales y caminos rurales que incluya la construcción de nuevas rutas entre ciudades; desarrollo de infraestructura resistente que contemple una eficiencia energética en sus maquinarias; extensión de la red de agua a aquellos sectores que no tienen acceso al agua de red; mejoramiento de los edificios de los establecimientos educativos teniendo en cuenta que los mismos sean sostenibles, aislantes y que existan reservorios de agua y cloacas; ampliación de la cobertura de gas natural; construcción de Centros Ambientales junto con los municipios.

 

Hasta aquí, la Respuesta rionegrina.

Evidentemente, el gobierno de la provincia no ve la gravedad del problema. Supone (o pretende que creamos) que es posible gambetear la crisis mejorando lo que hay o haciendo alguna cosa más. Incluso aceptando eso, es dudoso que este gobierno pueda mejorar lo que hay: de hecho, no ha podido mejorar los sistemas de salud y educación: al contrario, los ha empeorado, pero esta es una opinión personal.

Muchas de las medidas del PRCCRN, si no todas, pudieron (debieron) haberse tomado hace 20, 30 años o más. Se podrá decir, OK, mejor ahora que nunca, y es verdad. Pero el punto es que no hay nada que indique que el carro haya comenzado a moverse en la dirección correcta; por el contrario, el carro sigue moviéndose exactamente en la dirección contraria.

Y al carro lo mueve este gobierno. Un gobierno que no piensa ni remotamente en la posibilidad de acabar con el extractivismo y suspender la explotación de hidrocarburos (no de un día para el otro, claro, pero al menos comenzar a pensar en un phase-out, un plan de salida, una moratoria de nuevos proyectos, un algo); por el contrario, veo un gobierno que nos tira por la cabeza 100 camiones IVECO para el transporte de arena desde las canteras a los pozos de fracking, destruyendo caminos y comprometiendo aún más la seguridad vial; 100 camiones que, por más que funcionen a GNC, no dejan de ser 100 camiones que queman combustibles fósiles, para peor, al servicio de la industria petrolera del peor petroleo;[9] un gobierno que subasta nuevas áreas para fracking y que sueña hacer del Alto Valle y el Valle Medio una extensión de Vaca Muerta;[10] un gobierno que busca sacarle hasta la última gota de petróleo a los yacimientos maduros;[11] un gobierno al que no le tiembla el pulso a la hora de voltear o modificar normas que protegen el ambiente para implantar la megaminería y la actividad petrolera;[12] un gobierno que celebra obscenamente la instalación de megaparques eólicos en las áreas naturales protegidas provinciales,[13] y la incrustación de un complejo portuario e industrial de 600 ha en los márgenes de dos área naturales protegidas costeras (incluyendo un puerto petrolero y una megaplanta de amoniaco), un gobierno que, cuando intentó ponerle un pero a las petroleras, tuvo que recular humillado.[14]

Personalmente, me hubiese bastado y sobrado un compromiso serio por parte del gobierno de no cagarla más. Ah, y que la corte con el chamullo verde que ya nadie le cree.




Comentarios

  1. Excelente Leonardo. Un análisis meticuloso de los doc. de la Pcia. Un método que es valido para nosotros aqui en la Pcia de Bs.As. con otras problemáticas ambientales, pero con las mismas mañas de relato de los funcionarios. Felicitamos tu compromiso con argumentos, sin relatos. Leopoldo de Cardales.

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